Ayaan Hirsi Ali. Foto: Archivo de El Occidental
Una de las figuras políticas mas conocidas de Europa occidental es la feminista Ayaan Hirsi Ali que nació en 1961 en Somalia. En 1992 su padre quiso casarla a la fuerza con un primo lejano, pero ella se escapó de este matrimonio huyendo a los Países Bajos, donde le dieron asilo. Allí estudio la carrera de ciencias políticas para trabajar después para una fundación científica en Ámsterdam. Durante varios años fue diputada del Parlamento holandés. En 2004 el nombre de Ayaan Hirsi apareció en todos los periódicos del mundo. Un musulmán fundamentalista había asesinado a Theo Van Gogh, director de un documental, en el cual Hirsi critica la opresión de la mujer en el Islam. A Hirsi aún no la han podido asesinar porque la policía está protegiendo su vida. Sus libros Yo acuso, en el cual critica la falta de derechos de la mujer en el mundo islámico y su autobiografía Mi vida, mi libertad son bestsellers en muchos países del mundo.
Hirsi dedica su vida a la lucha contra la ignorancia, los prejuicios y la intolerancia religiosa. No está dispuesta a someterse a los hombres, aunque El Corán dé el derecho a los maridos a pegar a sus esposas, por eso defiende en los Países Bajos los derechos de mujeres musulmanas contra un esposo violento; en su novela corta Adán y Eva. Un encuentro con el Islam describe las dificultades de una relación de dos adolescentes en Ámsterdam que pertenecen a dos religiones diferentes.
Adán es hijo de inmigrantes de Marruecos y vive en un barrio pobre, mientras Eva es hija de una familia judía rica. Los dos estudian juntos en la misma escuela y se hacen amigos. Cuando Adán se entera de que su compañera es judía, se asusta mucho, porque en su casa creen que los judíos son monstruos y beben la sangre de niños musulmanes. En su casa le dicen a Eva que todos los musulmanes son asesinos quienes quieren exterminar los judíos de Palestina. Pero pronto los niños se dan cuenta de que los prejuicios de los adultos poco tienen que ver con la realidad. Ambos sufren por problemas personales que tienen en sus respectivas casas. Eva se siente maltratada por su madrastra, a cuya voluntad se somete su padre. Adán tiene que aguantar un padre autoritario, quien casa a la fuerza a sus dos hermanas con hombres que no habían visto nunca en su vida. Pero gracias al hecho de que está estudiando en un buen colegio, un día tendrá mejores perspectivas profesionales que su padre y sus hermanos.
Su madre es mujer de limpieza y un día la encuentra en la casa de Eva, donde hace el aseo. A la madrastra de Eva, le parece inapropiado que la niña sea amiga del hijo de su empleada doméstica. Pero aún así, Eva invita a Adán a una fiesta elegante a su casa. Éste confunde el vino tinto que le sirven en la cena con sangre, pero se deja convencer de su error. Como nunca antes había tomado alcohol se embriaga fácilmente y provoca escándalos. Sin embargo, Eva sigue siendo su amiga. Cuando los dos niños se escapan de sus casas para hacer un viaje al campo, donde los encuentra la policía, los padres de Eva mandan a su hija a un internado en Suiza. Tal vez ya adultos los dos se vuelven a encontrar.
En la novela se reflejan los problemas de integración de la población musulmana en Holanda y todo Europa occidental. Los inmigrantes del norte de África y de Turquía son incapaces de adaptarse a las costumbres de los países, donde encontraron mejores condiciones de vida. Aceptan las ventajas materiales que les ofrece Europa occidental, pero quieren conservar las costumbres arcaicas de sus países de origen. El hecho de que los inmigrantes por ser pobres tienen poca instrucción, no facilita la integración que sólo se logra después de varias generaciones. La culpa de la mentalidad retrógrada de estos árabes y turcos la tiene según Hirsi la religión musulmana que a diferencia del judaísmo y cristianismo no se adaptan a los tiempos modernos.
En uno de sus ensayos la autora acusa al Islam "de encerrar a los fieles en un círculo de violencia y pobreza". Lo que más le molesta es la moral sexual de esta religión. Sin embargo, ésta no se diferencia mucho de la moral sexual de un cristianismo fundamentalista. Lo que lamenta Hirsi es la falta de evolución dentro del Islam que impide su adaptación a nuevas circunstancias sociales. Este estancamiento tiene graves consecuencias culturales. Hirsi afirma que no existe un solo musulmán en el mundo actual "que haya hecho un descubrimiento en el campode la ciencia y tecnología o que haya modificado el mundo del arte".
Pero la autora no menciona todo lo que debe el mundo cristiano a los musulmanes en el campo de las humanidades y ciencias. Calculamos en cifras o números árabes y el sistema decimal es árabe. Carlomagno construyó un palacio con la ayuda de alarifes traídos de la Andalucía musulmana, porque los francos del siglo VIII no sabían construir arcos. Gracias a los árabes llegó la filosofía aristotélica al mundo medieval cristiano. Hoy día los musulmanes ya no tienen filósofos tan destacados como Averroes quien vivió en el siglo XII. Sin embargo, Naguib Manfuz es uno de los grandes narradores del siglo XX. Como hombre abierto tuvo problemas con círculos conservadores del Islam.
Eugen Drewermann, teólogo católico disidente, describe el Islam con cierta simpatía. Señala que en el Islam la mujer siempre ha tenido el derecho del divorcio a diferencia del cristianismo católico. Mucho de la represión de la mujer en países musulmanes se debe a una estructura social conservadora y no tanto a la religión. Actualmente se están haciendo muchos esfuerzos para adaptar el Islam a la modernidad.
Ayaan Hirsi Ali defiende las mujeres musulmanas modernas contra prejuicios y actitudes conservadoras de los hombres musulmanes que niegan a integrarse a la sociedad actual del occidente.
2Wolfgang Vogt/El Occidental