Hoy, 26 de enero de 2018, a la 01,30 h. de la madrugada, ha entregado alma a Nuestro Señor el +Caballero +Templario FR. +DIEGO MARTINEZ.
Fr. +Diego es un +Hermano de Fratertempli Orden del Temple, Priorato de Cataluña y mientras sus +Hermanos y +Hermanas, con lágrimas en los ojos por su marcha, oramos a Nuestra Señora para que le proteja en su amoroso Manto y le conduzca a esa Eterna Primavera del Reino de la Luz, al mismo tiempo rezamos ante la imagen de Santa María del Temple, nuestra querida Reme, dando gracias porque sabemos que el +Hermano cuyo cuerpo mortal ha rendido sus fuerzas, gozará de un sitio privilegiado entre nuestra Milicia Templaria Celestial junto con los +Hermanos y +Hermanas que le precedieron en su viaje hasta la morada del Padre.
El Gran Priorato de España de Fraterempli Orden del Temple ha decretado siete días de luto en consideración a su paso por esta +Hermandad de hombres y mujeres buenas, de +Templarios.
Rogamos de su caridad, unión a la Cadena de Oración que en estos momentos se aplica a su gran alma.
¡Si conocieras el don de Dios y lo que es el Cielo! ¡Si pudieras oir el cántico de los Ángeles y verme en medio de ellos!
¡Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos los horizontes, los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso!
¡Si por un instante pudieras contemplar, como yo, la belleza ante la cual todas las bellezas palidecen!
¡Cómo!¿Tú me has visto, me has amado en el país de las sombras y no te resignas a verme y amarme en el país de las inmutables realidades?
Creedme:cuando la muerte venga a romper las ligaduras, como ha roto las que amí me encadenaban, y cuando un día, que Dios ha fijado y conoce, tu alma venga a este Cielo en que te ha precedido la mía, ese día volverása ver a aquella que te amaba y que siempre te ama, y encontrarás tu corazón con todas sus ternuras purificadas.
Volverás a verme, pero transfigurado, extático y feliz, no ya esperando la muerte, sinoavanzando contigo, que me llevarás de la mano por los senderos nuevos de la luz y de la vida, bebiendo con embriaguez a los pies de Dios un néctar del cual nadie se saciará jamás.
Enjuga tu llanto y no llores, si me amas.