La afgana de 19 años mutilada por los talibanes, llega a California para ser operada por un prestigioso cirujano
«No sé si voy a ayudar a otras mujeres. Lo único que quiero es volver a tener mi nariz». Estas fueron las primeras palabras de Bibi Aisha cuando llegó a California esta semana. Y es que esta afgana de 19 años no tiene nariz ni orejas. Se las cortó su marido, un miliciano talibán. Ahora, un prestigioso cirujano plástico de Los Ángeles, Peter Grossman, va a reconstruir el rostro mutilado de la joven, que ha adquirido una gran popularidad en EE.?UU. después de que la revista Time utilizara una foto de su cara para la portada de su última edición.
Su historia ha despertado un gran interés en EE.?UU. La razón es que la mutilación no ocurrió hace diez años, cuando los talibanes dominaban Afganistán. La salvajada que su marido cometió contra ella fue el año pasado.
Matrimonio concertado
El drama en la vida de Aisha comenzó cuando tenía ocho años. Entonces, su padre las prometió en matrimonio a ella y a su hermana, que aún era un bebé. El padre saldaba a la manera pastún una deuda de sangre porque uno de los tíos de Aisha había matado a un miembro de la familia de su futuro esposo. El hombre al que fue prometida era un miliciano talibán.
Cuando Bibi Aisha no había cumplido aún los dieciséis años de edad fue entregada a la familia de su marido, con la que tuvo que quedarse mientras su esposo estaba luchando en la guerra contra las tropas internacionales. Durante dos años, la familia política mantuvo a la adolescente encerrada en un establo del que solo la sacaban para hacerla trabajar como esclava y para azotarla por el crimen que había cometido su tío.
Un día, Bibi Aisha no pudo más y con la ayuda de dos vecinas escapó. Las dos mujeres la llevaron a la provincia de Kandahar, pero su intención no era la de ayudar a una joven en peligro, sino vendérsela a otro hombre. La policía las detuvo.
Aisha fue juzgada y condenada a tres años de cárcel. Y es que aunque en la actual ley afgana la huida de la casa del marido ya no es delito, de hecho, las mujeres que lo hacen son tratadas por la justicia como si lo fuera.
Cinco meses de condena
La joven cumplió solo cinco meses de su condena, ya que recibió un indulto del presidente Hamid Karzai. Pero su salida de la prisión no acabó con sus problemas. Su marido regresó de Pakistán para buscarla y hacerle pagar «su ofensa». La encontró y la llevó ante un tribunal talibán que la condenó a perder la nariz y las orejas. Según la ley talibán, cuando un hombre es avergonzado por su esposa es como si perdiera la nariz, por lo tanto, el castigo debe ser similar.
El esposo de Bibi Aisha la llevo a las montañas de Uruzgan y mientras uno de sus hermanos la sujetaba, le cortó, primero las orejas y después, la nariz. Tras la mutilación, la dejó allí para que muriera desangrada. Pero unos cooperantes humanitarios estadounidenses la encontraron y la llevaron a un refugio para mujeres maltratadas. Desde entonces, Bibi Aisha ha contado con la ayuda de varias organizaciones humanitarias.
El horror en la vida de esta joven puede estar a punto de acabar, pero las organizaciones humanitarias denuncian que la situación del resto de las afganas no es mucho mejor. Según la ONU, el 90% de ellas sufren maltrato doméstico. Y esa fue la razón por la que la revista Time eligió el rostro de Bibi Aisha para ilustrar su portada y un artículo titulado «Qué pasará si abandonamos Afganistán».
Tanto la foto como el artículo han ocasionado un encendido debate en el país, donde hay una gran controversia sobre la decisión de Obama de empezar a retirar las tropas de aquel país dentro de un año.
@Victoria Toro/La Voz de Galicia.es