Los vecinos acuerdan en una reunión que no haya asonada contra los religiosos si la fiesta de hoy se celebra según acostumbra el pueblo, con procesión y una misa
Dos de los tres benedictinos que residen habitualmente en el Monasterio de San Salvador del Monte Irago, en Rabanal del Camino, llegaron ayer a Madrid, después de que el abad del que dependen, en Baviera (Alemania), les obligara a dejar el país a raíz de los incidentes del 15 y 16 de agosto, fiestas patronales de la localidad maragata, en la que un grupo de vecinos mostró su malestar con la atención que dispensan los religiosos a la parroquia local.
Los frailes contactaron con este periódico a través de una tercera persona para indicar que hoy celebrarán la fiesta del Cristo en Rabanal del Camino, en la que estarán acompañados por el obispo de Astorga, Camilo Lorenzo.
También ayer se reunían los vecinos de la localidad para tomar una postura con respeto a la festividad de hoy. Juan José Prieto, secretario de la junta vecinal, aseguró que, «en una reunión que no ha convocado la pedanía ni la asociación de amigos del pueblo, sino que surge de manera espontánea», se acordó que no se produzcan incidentes «siempre que la fiesta se desarrolle con normalidad: con la procesión de siempre y la misa», para, después, «hablar con ellos. No ha habido contacto desde que se marcharon de Rabanal y queremos saber su postura sobre el tema parroquial, no sobre subvenciones», añadió.
El cambio de ubicación de imágenes que se encontraban en la parroquia, la restauración del templo y urbanización de la plaza, así como los actos de las fiestas de agosto han sido los argumentos aportados sobre el enfrentamiento entre las partes. Así, el pasado 16 de agosto, los vecinos increparon a dos frailes que tuvieron que abandonar la iglesia de San José acompañados por la Guardia Civil. El día 18, ambos abandonaban el pueblo por indicación del archiabad de Santa Otilia, monasterio cercano a Munich, del que dependen.
La junta vecinal solicitó a la Diócesis de Astorga que nombrara un nuevo párroco, petición que no se atendió. El obispado emitió, además, un comunicado en el que condenaba los hechos y mostraba su apoyo a los monjes.
Las cerraduras del monasterio aparecen otra vez selladas
El regreso de los monjes para la fiesta del Cristo de la Vera Cruz y la decisión de los vecinos de que no se produzcan incidentes si se celebra la fiesta según sus cánones, para, después, buscar el diálogo con los religiosos, parecen aportar calma al conflicto de Rabanal, vivido con tensión no sólo en el pueblo, sino, también, en la comarca. Sin embargo, el sellado con silicona de las cerraduras del convento por segunda vez desde mediados de agosto arroja una sombra sobre el reencuentro.
Las puertas aparecieron selladas este sábado, hecho que la Diócesis puso en conocimiento de la Guardia Civil. El cuerpo de seguridad envió al pueblo una patrulla para comprobar los daños, al tiempo que se avisó a un cerrajero para arreglar los desperfectos. Fuentes de la Diócesis aseguraron ayer que se presentará denuncia «por estos hechos vandálicos».
Por su parte, el secretario de la junta vecinal, Juan José Prieto, indicó que en la reunión de vecinos de ayer «se instó a que no se produzcan actos de vandalismo. Pensamos que ha sido alguien de fuera que quiere echar leña al fuego, pero si es del pueblo y le cogemos va mal».