ORDEN DE LOS POBRES CABALLEROS DE CRISTO DEL TEMPLO DE JERUSALEM.
ORDEN DEL TEMPLE
La exposición sobre Els Furs contará con documentos únicos
La muestra presentará al público documentos que han marcado las señas de identidad del pueblo valenciano.
El conseller de Gobernación, Serafín Castellano, acompañado por el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, visitó ayer martes la Catedral de Valencia para contemplar dos de los Códices que allí se guardan y que formarán parte de la exposición ´Els Furs. La identitat d´un poble´, que se inaugurará en Valencia el próximo 5 de octubre y en la que "todos los ciudadanos de la Comunitat podrán conocer documentos únicos que han marcado las señas de identidad del pueblo valenciano", indicó el conseller.
En este sentido, Castellano explicó que estos dos Códices de la Catedral contienen, respectivamente, las versiones en latín y valenciano de Els Furs de Valencia de la época de Jaime I y resaltó la "oportunidad que esta exposición brinda a todos los ciudadanos de la Comunitat para que se puedan reencontrar con la historia y raíces del pueblo valenciano".
Castellano agradeció al arzobispo de Valencia la cesión temporal de los dos Códices de la Catedral para formar parte de una ambiciosa exposición "que contará con una decena de documentos relativos al primer ordenamiento foral valenciano más importante que se conserva y que será una ocasión única para contribuir, en no poca medida, a la difusión y divulgación de textos tan vinculados con nuestra historia y con nuestras más características y simbólicas señas de identidad".
Asimismo, indicó que en esta exposición se mostrarán, por primera vez, piezas únicas juntas como son el Libro de Privilegios de Valencia, la edición de 1547 de Els Furs de Valencia, las mazas de plata del Ayuntamiento de Castellón o una tablilla medieval de madera con el escudo de los Reyes de Aragón.
El conseller recordó que "son unos documentos de un valor histórico incalculable que habitualmente no están al alcance de la ciudadanía, pero que merecen ser conocidos por todos aquellos que estén interesados en conocer nuestra historia y el origen de buena parte de los rasgos que nos definen como pueblo valenciano".
En este sentido el conseller visitó la semana pasada el Ayuntamiento de Alzira, que alberga uno de los 12 manuscritos del códice ´Liber privilegiorum civitatis et regni Valencie´ o Libro de los Privilegios del Reino de Valencia, en el que se recogen los privilegios reales otorgados a la capital y al Reino y cuyo estamento favorecido fue la burguesía, que a diferencia de la nobleza y el clero, necesitaba de textos escritos para garantizar su libertad.
Esta obra, caracterizada por ser una de las más elegantes y solemnes de la compilación, se trata de un códice de 304 folios que se estructura en dos partes diferenciadas. La primera de ellas corresponde a los privilegios otorgados por los reyes desde Jaime I a Pere II de finales del siglo XV, y la otra referida a los privilegios concedidos a Alzira con documentos que datan de los siglos XVI, XVII y XVIII.
De los 310 códices que conserva el Archivo y Biblioteca de la Catedral de Valencia, destacan dos manuscritos que contienen ambos el texto de Els Furs de Valencia: el 146, único texto latino de Els Furs i privilegis que se conserva, y el 55, una copia de los mismos en valenciano.
El manuscrito 146, Fori et privilegia Valentie, es un libro en vitela, pergamino de excelente calidad, de principios del S. XIV. Fue donado por Berenguer March, canónigo sacrista de la Catedral de Valencia entre 1309 y 1334, quien al morir en 28 de febrero de 1341, dejó sus bienes a la Almoina de Valencia, pasando este libro a la libreraza de la Seu. Contiene fueros y privilegios de los reinados de Jaime I y Jaime II hasta 1301 y el texto fue editado en parte por Dualde Serrano
Por otra parte, el códice 55 contiene también el texto de Els Furs de València, en valenciano, desde Jaime I hasta los aprobados en las cortes de Valencia de Alfonso el Magnánimo de 1417. La encuadernación del códice 55 es de finales del s. XVIII o principios del S. XIX, momento en que se reencuadernaron la mayor parte de los volúmenes de la biblioteca capitular.
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