La población sefardí contó en la ciudad con dos sinagogas y un cementerio
El historiador talaverano César Pacheco aclaró el miércoles a los alrededor de 50 asistentes a la segunda jornada de la Semana Sefardí, celebrada con lleno en el auditorio en el Museo Etnográfico, aspectos de la comunidad judía asentada en la ciudad entre los siglos XII y XV. El experto local se basó en un trabajo suyo de hace unos años y destacó a este diario que a finales de su estancia en Talavera la quinta parte de la población pertenecía a esta religión, lo que supone que el colectivo tenía unos mil integrantes.
Pacheco subrayó que no existió un barrio como tal reservado para los judíos, sino que la comunidad estaba repartida por distintas zonas del centro y los arrabales. Sí, en cambio, existió una pequeña concentración en torno al convento de Santa Catalina; el colectivo dispuso a lo largo de estos cuatro siglos, hasta la definitiva expulsión en 1492, de dos sinagogas ubicadas cerca de La Colegial y en la calle Vicaría, junto a la actual plaza de San Pedro. Los restos de estos edificios fueron utilizados posteriormente para obras en La Colegial, pocos años después de la expulsión.
Cementerio judío.
La charla ‘Los judíos en la Talavera medieval: entre el arraigo y la expulsión’ sirvió para conocer entre otros detalles que los judíos dispusieron de un cementerio entre el arroyo de La Portiña y la actual salida hacia la carretera de Cervera de los Montes. Mucha población hebrea se desplazó a poblaciones como Talavera, y otras cercanas como Oropesa y Escalona, después de ser perseguidos en ciudades más importantes.
Pacheco señaló que se han conservado a lo largo de los siglos distintas tradiciones gastronómicas y festivas probablemente relacionadas con la presencia de los judíos, como el mazapán o el cocido, aparte de distintas fiestas en la comarca con un origen sefardí.
Aparte de la charla, se proyectó el documental ‘Toledo: el secreto oculto’.
@J. M. (Talavera) / La Tribuna de Toledo