El obispo de Córdoba denuncia con claridad y firmeza la campaña que se oculta tras la reclamación del uso compartido de la Catedral de Córdoba.
En el lugar en que actualmente se levanta la Catedral de Córdoba había años antes de la llegada de los musulmanes un templo cristiano donde se rendía culto a Dios. Los invasores ocuparon la ciudad, exterminaron la cultura de sus habitantes y expulsaron la religión de aquel templo, sustituyéndola por el islam, que impusieron por la fuerza.
Desde aquel momento, lo que entonces se llamaba Cristiandad (y hoy Europa) mantuvo una lucha constante contra los invasores y, con altos y bajos, en España esa lucha concluyó cuatro siglos después, cuando los cristianos españoles recuperaron Córdoba y devolvieron a la ciudad su cultura, su identidad y su religión. Mil seiscientos años después, en aquel lugar donde en la alta edad media se empezó a adorar a Dios, sigue levantándose un templo cristiano.
Los colectivos islámicos radicados en España, sus compañeros de otras latitudes y organizaciones terroristas como Al Qaeda, con la complicidad de la izquierda española y el permanente guiño de las políticas del gobierno socialista, reclaman devolver la Catedral de Córdoba al islam bajo el eufemismo del “uso compartido” del templo.
Hoy el obispo de Córdoba, Monseñor Demetrio Fernández, afirmó que "el uso compartido" de la Catedral de Córdoba y antigua mezquita que reclaman algunos colectivos musulmanes, para poder orar en dicho templo cristiano según sus ritos, "es un eufemismo que significa: católicos váyanse de aquí".
Ante esto Monseñor Fernández ha dejado claras las cosas:
“La respuesta a la pregunta sobre el uso compartido de la Catedral es que no, que nos vamos, porque en este lugar la Iglesia Católica lleva dieciséis siglos, mientras que los musulmanes han estado cuatro y medio".
En consecuencia, la Iglesia Católica, que es la titular del templo a través del Cabildo Catedralicio de Córdoba, tiene "una buena relación con los musulmanes" y quiere colaborar con quienes profesan la religión islámica en la búsqueda constante de "la paz, la justicia y la convivencia entre los pueblos”:
“Pero eso es una cosa y otra, muy distinta, es querer compartir el mismo templo para el culto, lo cual no es posible, ni por parte musulmana, ni por parte católica, ya que los musulmanes no admitirían un templo compartido, y los católicos tampoco lo admitimos. Luego, habría que preguntarse quién pide el uso compartido: pues aquellos a quienes no les importan los musulmanes ni los católicos.
Los cristianos, que son los que están ahora en el templo, tienen que decir, y si hace falta gritar, que no es posible el uso compartido, porque ello significa: católicos váyanse de aquí, y no nos vamos a ir, salvo si nos echan, porque son dieciséis siglos de culto cristiano en este lugar".
El obispo de Córdoba dijo que es preciso "que se sepa que, donde los musulmanes rezan, no puede rezar nadie más”:
“Es decir, si yo permito que en la Catedral de Córdoba recen los musulmanes, ya nos podemos ir pasado mañana, luego, permitir el rezo de los musulmanes en la Catedral, equivale para los católicos a decir adiós, buenas noches, y eso sería una irresponsabilidad".
Ante la peregrina acusación que se ha hecho desde sectores islámicos y políticos notablemente radicales de que no compartir el uso de la Catedral de Córdoba responde a una postura fundamentalista, Monseñor Fernández dijo:
"Hay cosas que se comparten y otras que no, y la Catedral de Córdoba no se comparte con los musulmanes, porque admitir el culto musulmán en la Catedral de Córdoba, antigua mezquita, significa que los católicos se tienen que ir de ahí."
@hazteoir.org