Un profesor de la ESO dio la pista a los investigadores contratados por la Barrié
Cantera de Vrins, en Figueiras, cerca de Ames, de donde se extrajo la piedra para construir el Pórtico da Gloria.- ÓSCAR CORRAL
Se sospechaba que la piedra utilizada en el Pórtico de la Gloria procedía de alguna cantera próxima al corazón de Compostela, pero nadie había mirado hasta ahora en la dirección correcta. En 2004, se identificó un granito de grano grueso, válido para labrar elementos sencillos, sin proliferación de detalles, como procedente del yacimiento santiagués de Conxo-Vidán. Existía además la creencia, hace ya muchos años, de que la principal explotación que había surtido de material al taller del Maestro Mateo era una veta ya abandonada del monte Pedroso, pero nada había sido confirmado. Ahora, gracias a la pista aportada en un correo electrónico por un profesor de Secundaria de Porto do Son, se ha comprobado que la piedra de un yacimiento de Vrins, al oeste de Santiago, cerca de Ames, coincide al menos con el principal de los tipos de granito usados hace 800 años en el Pórtico.
Todavía en marzo de este año, la entonces directora técnica de la restauración (ahora miembro del comité científico y coordinadora de Planes Nacionales del Ministerio de Cultura), Concha Cirujano, tenía la esperanza de que la incógnita de la piedra del Pórtico de la Gloria se pudiese despejar en el momento en que se analizasen las muestras que había recogido en canteras antiguas como las de O Pedroso, Rocha Vella, Vidán, Aradas o Queiroal, todas próximas a la ciudad y entonces más que probables suministradoras de Mateo. Pero las catas tomadas de estos filones se enviaron a Italia, y la firma Coo.Be.C (Cooperativa Beni Culturali Spoleto), una de las elegidas por la Barrié para el estudio previo del Pórtico, concluyó que ninguna coincidía con las muestras minúsculas tomadas del atrio de la catedral.
Entonces, el 1 de abril, coincidiendo con el aniversario del Pórtico, David Pérez, profesor de la ESO e hijo de cantero, que había vivido de niño en Vrins (también escrito Brins, parroquia de Figueiras), envió un correo electrónico a Concha Cirujano proponiéndole que investigase el viejo yacimiento del lugar. En el escrito le contaba que, cuando era pequeño, los vecinos solían referirse a aquel filón como "a Canteira da Catedral". Era una denominación popular que no había llegado a oidos de los historiadores, y sin embargo había trascendido los siglos, aunque nadie se preguntase a qué se debía.
El de David Pérez "es un ejemplo de los hallazgos que se pueden hacer con la colaboración ciudadana", comenta Francisco Prado, coodinador con Concha Cirujano del comité científico del Programa Catedral. "Se tomaron muestras y parece que coinciden con las micromuestras recogidas del Pórtico", adelanta el experto, que firma con Cirujano un artículo sobre este descubrimiento pendiente de publicación en la revista Ars Sacra ("Mi memoria es su responsabilidad": génesis y objetivos del Programa Catedral).
Lo que todavía no se sabe es si en esta cantera se localizan granitos diferentes, capaces de satisfacer toda la variedad existente en el Pórtico de la Gloria. Eso es algo que habrá que estudiar en cuanto se acometa la segunda recogida de micromuestras, unas 25, en diferentes zonas de la obra de Mateo. Hasta el momento, la Xunta solo había dado permiso para tomar 24 y en un conjunto escultórico tan grande resultaron insuficientes. A partir de mediados de enero, la Barrié volverá a montar prácticamente por completo el andamio (aligerado desde julio con vistas a la visita del Papa) y retomará los trabajos de monitorización y toma de muestras con el beneplácito de la Dirección Xeral de Patrimonio adscrita a la Consellería de Cultura que preside Roberto Varela.
De momento se sabe que, entre el Pórtico y la cripta, se emplearon cuatro tipos de piedra diferentes: granitos de grano fino, para las partes más elaboradas, y de grano grueso, además del mármol escogido para el parteluz (donde está labrado, bajo la escultura granítica del Apóstol, el árbol de Jessé). La elección de este último material podría responder a la intención del taller de Mateo de unificar la estética del Pórtico con la de la fachada de Platerías y la de la desaparecida Porta Francígena, donde también se usaron columnas de mármol gallego (ahora en los museos catedralicios), más o menos veteado. "Se sabe que éste se trajo de una cantera de O Incio", explica Prado, "pero no se ha tomado ninguna muestra del parteluz para confirmar si coincide".
Lo más probable es que el mármol del Pórtico también sea gallego, lo mismo que el de la cabeza de un apóstol situado a la derecha, en la parte más deteriorada y con la policromía totalmente perdida, que también ha resultado ser de este tipo de piedra. "Es una cabeza espectacular, si no se tiene en cuenta el cabello casi parece la de una escultura griega del período severo", describe este doctor en Arte Medieval por la Universidad de Harvard. No se sabe por qué el taller de Mateo usó el mármol para completar, en concreto, esta figura.
Para el equipo técnico convocado por la Fundación Barrié de la Maza, que acomete el mayor programa restaurador de la historia de la catedral, conocer el origen de las diferentes piedras empleadas es fundamental no solo para documentar el proceso constructivo de la obra de Mateo, sino para saber adónde ir a buscarla en caso de necesidad.
No es una decisión que esté tomada ni mucho menos, el reconstruir elementos perdidos en las figuras del Pórtico de tal manera que se distingan lo suficiente como para que el público aprecie a simple vista qué firmó Mateo y qué corresponde a la restauración actual. Pero Francisco Prado explica que, llegado el momento, "se podría considerar rehacer piezas", recomponer "elementos mínimos", porque en los últimos años, en los que se ha acelerado el deterioro del Pórtico, "es cierto que han caído dedos y narices". Esas amputaciones serían, las que llegado el caso y siempre que los informes de Patrimonio avalasen la intervención, requerirían del material original que utilizó el padre del Pórtico de la Gloria hace ahora 800 años.
Buena parte de este deterioro se explica por las filtraciones de agua procedente de la Torre de la Campana (la de la derecha, si se mira de frente la fachada del Obradoiro). Este campanario tenía (y sigue teniendo) problemas de asentamiento que se intentaron compensar rellenando con cascotes su interior hueco. La solución fue contraproducente para el Pórtico, ya que el material de relleno retiene la humedad, hace que la torre pese más, y causa mayores problemas estructurales. "La escorrentía que baja por las paredes es brutal", describe Prado. "De forma inminente", la Barrié va a "colocar un paraguas de urgencia" para evitar que el agua siga entrando por las grietas de la cubierta, aunque van a pasar años antes de que seque totalmente la humedad que daña las esculturas.
Lo que el coordinador del comité de expertos define como un paraguas es, en realidad, un andamiaje instalado junto a la torre que va a sostener un segundo tejado y que eliminará "las filtraciones más graves". Además, se retirarán los parches de plomo que se colocaron a principios del siglo XX para solucionar las humedades y que ahora solo sirven para acumular más agua. Más adelante, se intentará resolver de forma definitiva el problema sustituyendo por otro tipo de materiales el hormigón que se aplicó a mediados del siglo pasado bajo las enormes losas de la cubierta. "Aún no sabemos si será posible", comenta Prado, "porque a veces el hormigón se apelmaza de tal manera con la capa original que no se puede eliminar".
@SILVIA R. PONTEVEDRA - Santiago/El Pais.com