Con mucho respeto, pues sabemos que no les gusta la publicidad de sus buenas obras, y con mucha admiración por su trabajo constante por el prójimo y por la Orden del Temple, nos hemos permitido la licencia de pedirle a Sor. +++Amparo, Gran Madre de una de las Comunidades Templarias que con el nombre de la Orden del Temple más y mejor trabajan, casi siempre en silencio, sin medallas, sin uniformes y sin más boatos ornamentales que la dignidad de su Manto y Túnica proveniente del Estudio, de la Oración y del Amor y la Ayuda a los demás sin mirar nunca quien se entera y quien no, que nos dejara subir al blog su anual encuentro navideño con los más desfavorecidos en salud y condición y a los que llevan la alegría y las ganas de vivir con su entrega y vocación de servicio.
Vayan nuestro respeto y nuestra admiración a tan venerable Comunidad Templaria y a sus miembros, que desde yá cuentan con nuestro ofrecimiento para colaborar en lo que dispongan.
Reporte de la Gran Madre +Amparo de la Orden del Temple:
FIESTA DE EPIFANÍA
Dos +Hermanos de la Orden del Temple, (uno de ellos es el Venerable Maestre de su Comunidad Templaria), esperando a la entrega de paquetes con motivo de las fiestas navideñas.
Se trata de la entrega de regalos a discapacitados psíquicos y físicos de diversos niveles, y créannos si les decimos que no hay palabras posibles, porque éstas se quedan siempre cortas cuando se trata de temas del espíritu, para expresar lo que allí y con estos queridos seres, se experimenta en el corazón y el espíritu.
Aunque son meses de trabajo lento y dificultoso (ya que la mies es mucha y los trabajadores pocos), para poder conseguir la cantidad de regalos necesarios para cubrir las expectativas de todos, queda olvidado en el instante en que entrando en el salón enorme y lleno en que nos esperan, (con la vestimenta adecuada al acto), y estallan en un aplauso enloquecedor y te miran con ojos llenos de ilusión, esperando que des su nombre y acudan a los “tronos” a recoger su bolsa y abrazarte.
Hay muchos que no pueden, por su situación, ni siquiera hablar. Pero no hace falta, sos ojos brillantes, muchas veces llorosos, ya tienen el más bello lenguaje del Universo: El del Amor, con mayúscula. Los que están con un poco más de posibilidades, te abrazan, quieren “su foto” como protagonistas de un momento esperado, y los de mejor nivel, ya es el magno momento de lo que uno tiene el privilegio de escuchar.
No podemos en esos momentos olvidar, las palabras del Maestro: “Todo cuanto hagáis por estos, mis pequeñuelos, por Mi lo hacéis”. Y es cierto, porque en sus sonrisas, sus miradas, sus llantos emocionados que se unen con los nuestros, está la sonrisa, la mirada y el llanto de Dios. Y esa es nuestra paga, la del hombre y la mujer templarios, y otros que sin serlo entregan lo mejor de sí para los más olvidados, los más desfavorecidos, y les aseguramos que no es pequeña. Es cierto eso del “ciento por uno”, porque lo que se siente en el corazón, no hay nada del mundo profano que lo iguale.
Si este año damos noticia de este acontecimiento, no es para vanagloriarnos nosotros, ya que todo ello se realiza en el mayor anonimato personal, pues como templarios, todo debe ser para la Gloria de Dios; sino para hacer una llamada al mundo, a la sociedad, de que es necesario retomar, sobre todo en las nuevas generaciones, la necesidad de volver a ser solidarios en todos los ámbitos de la vida. Que hay muchas personas solas que necesitan unos minutos de compañía, de hacerles un recado como recoger una medicina en la farmacia, llevar una carta al correo... y tantos etcéteras.... Que si la sociedad no quiere hundirse, han de recobrarse valores reales que perduran, y que valen tanto para cristianos como para los que no lo son, pero tienen un corazón generoso. Ahora, quizás impelidos por lo que ven, han acabando rechazando a Dios, como “culpable” de los males que los hombres realizan, pero Dios no olvida tampoco a esos hijos suyos, que por diversas causas se despistaron del Camino.
Esperamos tomen esta crónica, no como un acto de “propaganda”, porque la Milicia del Cristo no la necesita. Sólo hemos querido transmitir y compartir, algo que también está al alcance de cualquier persona, y mucho más si se llama cristiana. Y es el último mandato del Cristo: “Amaos los unos a los otros, como Yo os he amado. Así sabrán que sois mis discípulos, y no hay nada más grande que dar la vida por un amigo”.
Por aquello de la protección de datos vigente en nuestro país, hemos de pixelar las caras de los chicos y chicas. En cuanto las tengamos, podrán verlo en el Blog de Andalucía Solidaria Sin Fronteras.
No podemos por menos que dejar constancia, de nuestro agradecimiento a las Entidades que han colaborado por diversos medios a que este año se vuelva a repetir este día mágico. Muchas gracias a todos..... Ellos saben quienes son. Dios len bendiga a todos.
Orden del Temple+++