El roscón de Reyes solamente aparece en nuestras mesas una vez al año, un encuentro "extraordinario" para mayores y pequeños, pero que también debe serlo en la dieta
Érase una vez un roscón de pan con el que los romanos celebraban el solsticio de invierno. Pasaron los siglos y ese humilde postre se convirtió en el símbolo de alegría, de fiesta y de regalos.
Entre la masa se escondió un haba y así, el afortunado joven que lo encontraba al morder el suculento dulce se convertía en el rey del castillo medieval por un día. De nuevo, pasaron los siglos y la corte francesa sustituyó la legumbre escondida por una moneda de oro. Versalles inspiró a los reposteros de Europa y cada uno mejoró la idea. Hoy, en plena era digital, el roscón de Reyes no ha perdido su posición: conserva su lugar especial en la última comida de Navidad.
Sin abusar
Pero el roscón, al igual que turrones, mazapanes y otros dulces navideños, es muy calórico y de difícil digestión. Por eso, su consumo ha de ser moderado, en especial las personas diabéticas y obesas.
Al estar rellenas de nata o de crema, principalmente, conviene tener en cuenta que al utilizar huevos en su elaboración, hay que desechar los rotos y los que presenten restos de plumas. Además, los expertos cocineros recomiendan no lavarlos salvo si se hace instantes antes de usarlos, ya que al ser la cáscara porosa, la humedad favorece la penetración de las bacterias.
Por otro lado, si las cremas y natas son caseras, hay que consumirlas lo antes posible y nunca transcurridas más de 24 horas de su creación. Después del día 6 de enero, se recomienda desterrar los postres navideños y sustituirlos por frutas. Son una fuente de vitaminas que contienen propiedades laxantes, muy útiles en unos días en los que los menús son ricos en proteínas y grasas, y pobres en fibra.
Trucos antes del postre
De este modo y con la certeza de que estas semanas festivas son una época en la que los menús de las comidas tienden a sobrecargarse, los nutricionistas recomiendan diseñar menús en los que entrantes y primeros platos sean a base de verduras e incluso con frutas frescas.
De este modo, si no se quiere renunciar a postres tan especiales como el roscón de Reyes, los tomates cherry, la piña, el melón con jamón, las verduras a la plancha o los zumos pueden ser una buena alternativa también para entrantes y primeros. Asimismo, se debe evitar la ingesta de pan, ya que contribuirá a reducir las calorías.
@NOELIA GORBEA, (PAMPLONA)/DiariodeNavarra.es