Foto: AFP/ Nicolas Asfouri
Un tribunal de Lisboa declaró culpables a seis de los siete acusados en el escándalo de pederastia del orfanato Casa Pía, un orfanato público que acogía a menores marginados o huérfanos. Se trata de uno de los procesos judiciales más sonados de Portugal, que empezó en 2002 y llegó ayer a su fin después de más de seis años.
Entre los enjuiciados figuran un ex embajador, Jorge Ritto, y uno de los presentadores más populares de la televisión portuguesa, Carlos Cruz, además del ex chófer de la institución, Carlos Silvino da Silva, acusados de abusar sexualmente de los niños internados en Casa Pía.
El presentador de televisión Carloz Cruz en el tribunal. AFP / Patricia De Melo Moreira
Los principales responsables recibieron penas de cárcel de entre 6 y 18 años. Carlos Cruz, de 68 años, ha sido condenado a siete años de prisión y el ex embajador Jorge Ritto permanecerá en la cárcel durante seis años y ocho meses.
El castigo más duro fue para Carlos Silvino da Silva, de 53 años. Le condenaron a 18 años porque los jueces estimaron que él era el encargado de proporcionar jóvenes para orgías sexuales, además de abusar de ellos y entregarles dinero una vez finalizado el crimen.
La única inculpada absuelta fue Gertrudis Nunes, propietaria de la casa en la ciudad de Elvas donde se organizaban las orgías.
El proceso cuenta con 273 volúmenes e incluyó los testimonios de 800 testigos. Uno de los niños de Casa Pía, Pedro Namora, aseguró que hay muchos casos desconocidos de otros menores que fueron víctimas de abusos sexuales y que "hay un ejército de gente destrozada".
Según comunicó un abogado de las víctimas, uno de los niños sufrió abusos tan perversos que ahora, a sus 23 años de edad, sufre de incontinencia.
Casa Pía era un centro estatal de educación de niños huérfanos de todo el país, en el que durante dos décadas funcionó una red de explotación sexual infantil frecuentada por políticos, diplomáticos, médicos, abogados y periodistas.
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