"Ahmed Benzizine junto a la gárgola dedicada a él."
En la ciudad francesa de Lyon, una gárgola es motivo de polémica. Sí, una figura de piedra tallada para la restauración de la catedral. El problema es que la gárgola representa a un hombre llamado Ahmed, un musulmán, y va acompañada de la inscripción “Dios es Grande” en francés y en árabe, ("Allahu Akbar").
Siguiendo la tradición de la construcción medieval, se decidió agradecerle a Ahmed Benzizine, de 59 años, sus esfuerzos en las obras de restauración del templo usándolo como modelo para una nueva gárgola.
Ahmed, jefe de obra en la catedral, se ha quedado de piedra al ver la que han liado. “¿Qué son las religiones?”, se dice. “Todas son la misma. Todos venimos de Abraham, católicos, musulmanes o judíos. Hay un solo Dios y es el mismo para todos”.
Pierre Durieux, portavoz del arzobispado de Lyon, dijo que la escultura con el rostro de Benzizine es un "símbolo de ecumenismo", es decir, del diálogo interreligioso, y agregó que, a lo largo de la historia, las gárgolas siempre han sido figuras profanas que no se encuentran dentro de la iglesia, sino en su exterior.
Sin embargo, sectores ultracatólicos franceses afirman que con gestos así “los musulmanes se apropian de las iglesias católicas con la complicidad de la iglesia”.
“Algunos se toman esto como una provocación. Y yo me pregunto, ¿merece la pena entrar en conflicto por algo así?”, dice un habitante de Lyon. “Esto permite allanar las diferencias entre musulmanes y cristianos y eso está muy bien”, añade otro. Una gárgola, por cierto, fiel a la más pura tradición medieval, consistente en representar a los artífices de las catedrales.
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