El párroco, Antonio Vicente Ferreirós, se queja de que el Ayuntamiento no garantiza la vigilancia del templo
Los actos de vandalismo están deteriorando la iglesia de Santa Susana desde hace siete meses. Cristales rotos, pintadas en las paredes y vidrios estallados son algunos de los desperfectos que presenta el templo ubicado en la zona más alta del parque de la Alameda. El párroco del Pilar y responsable de la iglesia de Susana, Antonio Vicente Ferreirós, se queja de que no se han tomado medidas para solucionar el problema. El gobierno local, por su parte, asegura que «hay suficiente vigilancia en la zona».
Numerosos grafitis y pintadas afean las puertas y los muros de Santa Susana, y en particular la entrada principal. Los vándalos no han tenido aprecio por el valor artístico y arquitectónico de esta construcción que se comenzó a erigir en el siglo XII, y en la que se dan la mano lo gótico y lo románico. Algunos maineles, un tipo de piezas arquitectónicas, están destrozados, y la mayoría de las ventanas han sido sacudidas por piedras.
«Es una capilla muy importante para nuestro patrimonio», declara el párroco de Susana.
Además de los estropicios, si se pasea alrededor de la iglesia, se puede ver a más de un perro rondando por la zona y a algún que otro huésped acampando en los terrenos colindantes , lo que da cuenta del abandono que está sufriendo la iglesia.
«Los culpables utilizan piedras grandes para romper las ventanas», lamenta Ferreirós, quien no cree que los asiduos al botellón sean los responsables de los estropicios del santuario medieval.
«No creo que la gente que asiste al botellón quiera destrozar la iglesia. Serán cuatro o cinco desalmados que no tienen más que hacer», declara el sacerdote, preocupado por los desperfectos que están perjudicando a su parroquia.
Los vándalos no son lo único que preocupa a Antonio Ferreirós, sino también la falta de voluntad del Ayuntamiento, que garantizó darle vigilancia. Una promesa que, según Ferreirós, todavía no se ha cumplido a fecha de hoy.
«Se preocupan más de cerrar el tráfico en la Alameda para proteger los árboles que de cuidar la iglesia», apunta el eclesiástico, quien no duda en señalar el valor histórico de un templo en el que el Arzobispo Xelmírez consagró los restos de Santa Susana en el año 1102.
El gobierno local, en respuesta a las acusaciones de Ferreirós, dice que la seguridad de todos los parques y zonas de Compostela es muy buena. «Tenemos una cantidad impresionante de Policía por todo Santiago», apunta Marta Álvarez-Santullano, concejala de Seguridad Ciudadana.
A pesar de las afirmaciones de Santullano, el párroco de Susana se ve obligado desde «hace siete meses o un año» a reponer constantemente los cristales de la edificación. El Ayuntamiento, mientras tanto, se limita a afirmar que el área se patrulla todas las noches y que es normal que se cometan algunos delitos en la ciudad . «El otro día tuvo lugar un robo en la Carrera del Conde, pero es normal que suceda algún incidente a pesar de una buena seguridad», comenta la concejala.
Ni el párroco de Susana ni el gobierno local se ponen de acuerdo, pero lo que está claro es que los gamberros seguirán deteriorando un santuario histórico, que guarda testimonio de la edad medieval y de la contemporánea, con su campanario decimonónico.
«No podemos poner un vigilante exclusivo para la iglesia de Santa Susana», declara la concejala Marta Álvarez-Santullano. Antonio Ferreirós, por su parte, sentencia que «lo que está sucediendo es una auténtica barbarie».
@Carla Losada / La Voz de Galicia