Recibid +Hermana un FTAT, el equipo de Fratertempli.
No, no dan ejemplo y la terrible “sanguijuela de la avaricia”, la tienen tan penetrada dentro de su ser, que siguen atesorando a cara de perro y como si aquí no pasara nada… y hoy no escribo de los políticos ni tampoco del desastroso gobierno que nos ha llevado a la ruina actual: veamos.
Escribo el día en que se publica el que dos millares y medio de españoles (la mayoría con nombre y apellido) se les descubren en Suiza, cuentas opacas que de promedio arrojan “cuatro millones de euros por barba” y de las que Hacienda, que lo sabe, trata de sacar los impuestos no pagados y suponemos que las multas consiguientes; ya veremos. Imaginemos igualmente, lo que debe haber depositado en el “centenar” del resto de paraísos fiscales, empezando por Andorra y Gibraltar, que son los más cercanos a nosotros y que… “son cuidados con esmero por los evasores”.
Pero pasando de lo delictivo a lo legal o legalizado, veamos como obran los buitres de las grandes empresas y de capital privado.
“Los consejeros de las grandes empresas se subieron el sueldo un 14 % en plena crisis: 2009 fue un año de bienes para los altos ejecutivos españoles. La retribución media por consejo de administración, se situó en 8,6 millones de euros, un 14,9 % más que en 2008”. (EL CONFIDENCIAL 14-06-2010).
Esto sólo merece comentarios despreciables, pero que cada cual haga el suyo; puesto que en vez de dedicar el máximo a crear riqueza, se lo llevan por cuanto tienen ese “derecho de pernada”, ya que han sabido manejar y dominar las asambleas oportunas y en detrimento de los propios accionistas de esas compañías.
Los “administradores” (o mangoneadores) de la lista del “IBEX 35” y que dependen igualmente de su accionariado particular; se han llevado las módicas cantidades siguientes. Francisco González, del BBVA; 5,3 millones de euros, los que sumados al resto de “su plana mayor”, que son “trece”, suman casi 25 millones. Le sigue Ignacio S. Galán (Iberdrola) que se llevó, 5,21 millones de euros y que sumados al resto de los que se llevaron su plana mayor, ascienden a 9,6 millones. José Manuel Martínez (Mapfre) se llevó con el resto del consejo 9,7 millones. Antonio Bufrau (Repsol) 6,3 millones (entre él y otro consejero), que con el resto de la plana mayor suman 10,5 millones. César Alierta (Telefónica) junto con dos consejeros ejecutivos, se llevaron entre los tres, la friolera de 14,1 millones de euros, Y el más “modesto de todos”, el riquísimo Emilio Botín (Banco Santander) sólo se lleva 3,99 millones y que sumados al resto del consejo asciende a la friolera de 35,7 millones de euros. (ABC 16-05-2010). Mientras en el mismo periódico y el mismo día, el presidente del “BCE” (Banco Central Europeo: que debe llevarse cada año un pastón enorme) manifiesta: Vivimos tiempos dramáticos para la economía – hay que mejorar los mecanismos que evitan y castigan las negligencias, y necesitamos aplicar este control de una manera eficaz.” O sea discursos totalmente inútiles viendo la lacerante realidad.
Sumemos a todo este inmenso capital, los regios planes de pensiones, apalancamientos por cese y todo lo que conlleva el mantenimiento cotidiano de estos “nuevos monarcas del dinero y las multinacionales”, cosa que sería de asombro contabilizar o cuantificar, pero que ellos disfrutan y explotan como bienes propios y caiga quién caiga… “a los accionistas lo que quede y que se aguanten”.
Noten que no he nombrado a otros riquísimos, como son Amancio Ortega y Florentino Pérez (entre otros) puesto que los considero como propietarios de sus empresas y por tanto, pueden hacer con ellas lo que mejor les venga en gana, ya que no tienen que dar cuentas a nadie.
Pero el balance final es el mismo… el mismo que ya sentenciara nada menos que el sabio de los sabios, el que hace ya dos milenios y medio sentenció: “No aspiréis jamás a la vanidad de ser ricos; contribuiríais a que hubiese más pobres”. En sus consejos a los jóvenes, lo dijo, Pitágoras.
Claro que hablar de filosofía a estos “linces de las finanzas y los grandes negocios sin apenas arriesgar nada”, es como si a cualquier cuadrúpedo, le ponemos en el pesebre… “un pato a la naranja y en el bebedero y cuasi helado un vino de cueva, brut de una de las mejores marcas”; seguro que el tal, ni les haría caso y volvería a su paja, cebada y agua para apagar su hambre y su sed.
Pero la realidad económica es la gangrena extendida por todo el mundo… “a medida que aumentan las grandes fortunas… aumenta la pobreza y la necesidad” y es claro que de esta forma la humanidad no camina hacia ninguna parte… buena.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)