La ciudadana iraní Sakiné Mohamadi Ashtiani, de 43 años, fue acusada de mantener "relaciones ilícitas" con dos hombres supuestamente antes de la muerte de su marido.
Desde que en 2006 un tribunal local la hallara culpable Ashtiani ha permanecido en prisión. Además, por su presunto adulterio ya fue castigada con 100 latigazos.
Se da la circunstancia de que ha habido una campaña internacional impulsada por algunos gobiernos y organizaciones independientes para evitar que Ashtiani muriera por lapidación.
CAMPAÑA INTERNACIONAL
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores británico, William Hague afirmó que la muerte por lapidación es un "castigo medieval", y que su aplicación continuada en Irán constituye una violación de los Derechos Humanos.
Una interpretación estricta de la ley islámica en Irán castiga con 100 latigazos el mantener relaciones sexuales antes del matrimonio, pero aquellos que mantienen relaciones con una persona casada son sentenciados a muerte por lapidación.
En esta forma de ejecución, la ley sostiene que las piedras usadas han de ser lo bastante grandes como para no hacer sufrir demasiado al condenado, pero también lo suficientemente pequeñas para que el ejecutado no muera inmediatamente.
Recientemente el abogado de Ashtiani y diversas asociaciones pro Derechos Humanos alertaron de que las peticiones de clemencia habían sido desestimadas por las autoridades iraníes y que la ejecución era inminente.
En marzo de 2006 un tribunal de la provincia iraní de Azerbaiyán Oriental (noroeste) determinó que Ashtiani había mantenido "relaciones ilícitas" con dos hombres tras la muerte de su marido. En ese momento sólo fue condena a una pena de flagelación, por la cual recibió un total de 99 latigazos.
Sin embargo, en septiembre de este mismo año, durante el juicio de un hombre acusado de asesinar al marido de Ashtiani, otro tribunal diferente reabrió su caso y allí se la acusó de haber mantenido relaciones con los dos hombres mientras su marido vivía.
Pese a que se retractó de una confesión que afirmó había sido obligada a realizar bajo coacción, este nuevo tribunal la halló culpable y la condenó a muerte.
AMNISTÍA INTERNACIONAL