El Vaticano niega ver igual el sacerdocio de mujeres y la pederastia
Aseguró que no es verdad que vea como iguales la ordenación de mujeres como sacerdotes y el abuso sexual de menores a manos de clérigos.
El Vaticano endurece sus normas contra la pederastia en el clero católico
Este jueves el Vaticano emitió un documento en el que hacía importantes revisiones de sus leyes sobre los abusos sexuales, ampliando el período durante el que se pueden presentar cargos contra curas en tribunales eclesiásticos y ampliando el uso de procedimientos por vía rápida para expulsarlos.
Pero mientras que lidia fundamentalmente con la pederastia, también incluyó 'el intento de ordenación de una mujer' para el sacerdocio como uno de los delitos más graves contra la ley de la Iglesia Católica.
La inclusión de ambos asuntos en el mismo documento causó revuelo en el seno de algunos grupos en todo el mundo, particularmente los favorables a que las mujeres puedan ser sacerdotes.
"La decisión del Vaticano de situar la ordenación de las mujeres en la misma categoría que los pederastas y violadores es espantosa", dijo la directora ejecutiva de la Conferencia para la Ordenación de mujeres, Erin Saiz Hanna, quien calificó la decisión como "medieval, en el mejor de los casos".
Pero monseñor Charles Scicluna, un funcionario del departamento doctrinal del Vaticano, dijo que no había intención de hacer que la ordenación de sacerdotes y la pederastia fueran delitos comparables bajo la ley canónica.
"No estamos metiendo todo en una misma cesta", declaró Scicluna, fiscal interno del Vaticano para la gestión de los casos de abusos sexuales. "Están en el mismo documento pero no los pone al mismo nivel o les asigna la misma gravedad", agregó Scicluna, quien ayudó a formular las revisiones.
El documento fue un intento de modernizar las normas relativas a "tres grupos de delitos canónicos que son distintos", y cuya jurisdicción está reservada a la Congregación de la Doctrina de la Fe, el departamento doctrinal del Vaticano, indicó.
CIUDAD DEL VATICANO
Reuters
OTRO ARTÍCULO, ESTA VEZ DEL DIARIO LA VANGUARDIA, POR EUSEBIO VAL, CORRESPONSAL EN ROMA:
Estupor del catolicismo liberal por la condena al sacerdocio femenino
El Vaticano insiste en que no equipara ordenar a una mujer con la pederastia
El portavoz de la red progresista Somos Iglesia lamenta la imagen de "club sólo masculino"
La casi demonización por parte del Vaticano del sacerdocio femenino ha provocado reacciones de indignación entre los sectores católicos progresistas. Diversos grupos organizados del ala liberal de la Iglesia, sobre todo en el mundo anglosajón, han visto con estupor que las últimas normas del derecho canónico, hechas públicas el jueves, consideren la ordenación de mujeres como uno de los "delitos más graves" que puede cometer un creyente o un clérigo, y que el tema aparezca en el mismo documento en el que se actualiza la legislación contra la pederastia.
Monseñor Charles Scicluna, el prelado maltés que dirige la fiscalía en la Congregación para la Doctrina de la Fe, intentó ayer de nuevo matizar las cosas para calmar los ánimos. En declaraciones a la agencia Reuters, Scicluna insistió en que, pese a estar en el mismo documento jurídico, no tienen el mismo nivel de gravedad. En un caso, la pederastia se trata de un "delito contra la moralidad", mientras la ordenación de mujeres es un "delito contra un sacramento". Las aclaraciones poco pudieron reparar el daño ya causado a una Iglesia que, a ojos de muchos, ha confirmado su imagen misógina y retrógrada.
"La decisión muestra que la Iglesia católica es una organización que está dominada por los hombres; presenta a los clérigos como un club sólo masculino", afirmó a La Vanguardia, desde Munich, Christian Weisner, portavoz de la red internacional We Are Church (Somos Iglesia), que lucha por reformas que modernicen la Iglesia católica. Según Weisner, las nuevas medidas contra la pederastia son muy insuficientes porque se centran en cómo castigar al autor del delito, a posteriori, pero no atacan las verdaderas causas del problema. Entre éstas están, a su juicio, los tabúes sexuales de los curas, derivados del celibato, que les hacen incapaces de ser conscientes de su propia sexualidad, así como una imagen demasiado idealizada y mitificada del sacerdote, y la estructura jerárquica que rige la institución eclesiástica.
Desde Estados Unidos, donde el escándalo de la pederastia ha significado una debacle moral y financiero para la Iglesia católica, y donde el Vaticano lucha todavía para que se le reconozca inmunidad en los procesos civiles en los casos de abusos, las críticas han sido feroces. Erin Saiz Hanna, directora ejecutiva de la Conferencia para la Ordenación de las Mujeres, dijo a Reuters que poner el sacerdocio femenino en la misma categoría que los pederastas y los violadores es "indignante". Calificó la decisión de, "como mínimo, medieval". Jon O'Brien, presidente de Catholics for Choice, otro grupo progresista, deploró la estrategia de comunicación del Vaticano e ironizó usando una expresión muy americana: "Si hay una posibilidad de que el Vaticano se dispare al pie, lo hace a los dos pies".