La actuación del Nuevo Mester de Juglaría cerró los actos del segundo día de feria.
Con un notable incremento de visitantes con respecto a anteriores ediciones de la Fiesta de los Fueros, ayer tuvo el “día central” de las actividades, que comenzaron a primera hora de la mañana —cuando el restaurante El Portón de Javier inició los preparativos para asar dos cerdos, de 105 kilos cada uno—, y terminaron pasada la medianoche con el concierto del Nuevo Mester de Juglaría, actuación estelar de la programación de este año.
A lo largo de toda la jornada se sucedieron las actividades de animación en el mercado, al que este año han acudido cerca de cuarenta artesanos, de muy diverso tipo, desde ceramistas a joyeros, pasando por plateros, cesteros o jugueteros. Por la mañana, la nota de color la puso una multitudinaria boda que se celebró en el Ayuntamiento, acudiendo la mayoría de los invitados disfrazados a la usanza medieval. Otros muchos sepulvedanos no quisieron perderse la ocasión de ataviarse con los trajes de noble o aldeano que alquilaba el Ayuntamiento, contribuyendo así a conseguir una Sepúlveda que recordaba la época en la que el conde Fernán González comenzó a otorgar privilegios a sus pobladores, a finales del siglo X.
Por la tarde tuvo lugar un desfile de trajes medievales, en la Plaza del Trigo y una posterior comedia teatral, a cargo del grupo Tierra de Jauja. Y, ya anocheciendo, se procedió al encendido de las antorchas, que permitieron contemplar la belleza nocturna de Sepúlveda, engalanada con decenas de estandartes. Un espectáculo de malabares y fuego, a cargo de los saltimbanquis de Sanbi, ejerció de preámbulo a la degustación de los corderos asados, en la que participaron cerca de 500 personas.
Con un notable incremento de visitantes con respecto a anteriores ediciones de la Fiesta de los Fueros, ayer tuvo el “día central” de las actividades, que comenzaron a primera hora de la mañana —cuando el restaurante El Portón de Javier inició los preparativos para asar dos cerdos, de 105 kilos cada uno—, y terminaron pasada la medianoche con el concierto del Nuevo Mester de Juglaría, actuación estelar de la programación de este año.
A lo largo de toda la jornada se sucedieron las actividades de animación en el mercado, al que este año han acudido cerca de cuarenta artesanos, de muy diverso tipo, desde ceramistas a joyeros, pasando por plateros, cesteros o jugueteros. Por la mañana, la nota de color la puso una multitudinaria boda que se celebró en el Ayuntamiento, acudiendo la mayoría de los invitados disfrazados a la usanza medieval. Otros muchos sepulvedanos no quisieron perderse la ocasión de ataviarse con los trajes de noble o aldeano que alquilaba el Ayuntamiento, contribuyendo así a conseguir una Sepúlveda que recordaba la época en la que el conde Fernán González comenzó a otorgar privilegios a sus pobladores, a finales del siglo X.
Por la tarde tuvo lugar un desfile de trajes medievales, en la Plaza del Trigo y una posterior comedia teatral, a cargo del grupo Tierra de Jauja. Y, ya anocheciendo, se procedió al encendido de las antorchas, que permitieron contemplar la belleza nocturna de Sepúlveda, engalanada con decenas de estandartes. Un espectáculo de malabares y fuego, a cargo de los saltimbanquis de Sanbi, ejerció de preámbulo a la degustación de los corderos asados, en la que participaron cerca de 500 personas.