Juan Bautista Olarte, el responsable del archivo del Monasterio de Yuso, en San Millán de la Cogolla (La Rioja) ha finalizado la catalogación de los documentos que estaban desperdigados por las dependencias monásticas, más de 13.000, que abarcan desde el año 759 al 1.900.
Así, se ha puesto fin a un trabajo de casi cuatro años en el que se ha conseguido catalogar, ordenar y conservar documentos históricos que atestiguan la evolución histórica de los monasterios de San Millán de la Cogolla, (el visigótico de Suso y el de Yuso, construido en el 1053) y declarados en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Y también la extensión de sus posesiones en la Edad Media, su influencia en muchas regiones españolas, y la importancia de su escriptorium, en el que se encontraron las primeras manifestaciones en lengua romance y en el que trabajó el primer poeta en castellano, Gonzalo de Berceo.
Así, se ha puesto fin a un trabajo de casi cuatro años en el que se ha conseguido catalogar, ordenar y conservar documentos históricos que atestiguan la evolución histórica de los monasterios de San Millán de la Cogolla, (el visigótico de Suso y el de Yuso, construido en el 1053) y declarados en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Y también la extensión de sus posesiones en la Edad Media, su influencia en muchas regiones españolas, y la importancia de su escriptorium, en el que se encontraron las primeras manifestaciones en lengua romance y en el que trabajó el primer poeta en castellano, Gonzalo de Berceo.
Yuso dispone de una espectacular biblioteca conservada sin alteraciones durante siglos, en la que hay decenas de legajos con documentos en su interior.
Sin embargo, el monasterio disponía de una gran cantidad de papeles "desordenados", repartidos por el archivo del monasterio, otras dependencias "y casi en cestos", explica Olarte, que ha contado con la financiación del Parlamento de La Rioja para realizar este trabajo.
"El trabajo ha sido inmenso, sólo en la parte medieval, que estaba más estudiada, pensábamos que había 1.300 documentos hasta el año 1500 y me han salido más de 1.800", explica.
El más antiguo, del 759 es "una copia fidedigna de un documento sobre la fundación del monasterio de monjas de San Miguel de Pedroso -un municipio burgalés- , que luego se incluye en el Becerro Galicano", uno de los cartularios medievales más valiosos.
Olarte reconoce que "al principio, la documentación es poco numerosa" y destaca casos aislados "curiosos" como un documento que copia el Becerro de Oña", del siglo XIV.
Luego "en el siglo XVII es en el que más registros notariales hay", hasta completar 36 volúmenes, cada uno con una media de 400 folios, explica.
Dentro de este trabajo de investigación, Olarte encontró hace años un documento sobre la vida de Gonzalo de Berceo y un manuscrito inédito de una obra de Jovellanos.
Y ahora "han aparecido más cosas interesantes" como "el testamento de Diego de Estúñiga, un personaje importante en la literatura de la primera mitad del siglo XV" ó "una carta del conquistador de Filipinas, Miguel Gómez de Legazpi", con donaciones y encargos de misas "para que Dios me encamine", explica Olarte, con las palabras literales empleadas por fundador de Manila.
Una vez catalogada, toda esta documentación quedará en el archivo de Yuso y, al margen de si es editada o no, estará a disposición de "investigadores de todo tipo".
Porque como explica el autor del trabajo "hemos encontrado documentos que permitirían investigar en diferentes campos, la historia, la lexicografía o la teología".
Así, repasa, "hay copias de los votos de San Millán en Sevilla, Extremadura, Murcia, Madrid o Castilla León", donde el monasterio tenía posesiones en la época medieval.
También han encontrado un diccionario del siglo XVIII de tagalo (la lengua primitiva de Filipinas); y "unas 200 palabras del romance que hoy desconocemos porque quedaron en desuso".
Otros hallazgos son un mapa original de las minas de Pachuca, en México, firmado por el secretario del virrey español; y libros de ascética, teología y derecho monacal firmados en la Santa Sede en los siglos XV y XVI.
Además ha encontrado una amplia documentación de cómo se desarrolló la desamortización en los monasterios riojanos -también Valvanera, Navarrete o Nájera-, hecha por un cura de Estollo que detalló dónde y a quien habían ido a parar los bienes de la iglesia.
Y poco después de eso, en el final del XIX, finalizan los trabajos realizados por Olarte, pero no los documentos, porque "del siglo XX hay mucho más, analizarlo hubiese sido un trabajo más inmenso todavía", concluye el monje responsable del trabajo, que entre la catalogación y sus anotaciones ha escrito más de 3.000 folios.
@Eduardo Palacios Logroño/EFE