El reloj marcaba las 19.15 horas cuando un hombre en estado ebrio irrumpió en el santuario. Uno de los creyentes recriminó al individuo porque cogió dos candelabros. «Sólo le dijo que eso no se podía tocar», explica un testigo.
Y reaccionó de forma muy violenta. El hombre la emprendió a golpes contra el altar y un mueble. Los fieles se quedaron perplejos. Nada hacía presagiar tal sacrilegio después de orar en la ermita, preparar paellas en los alrededores y celebrar una jornada de confraternidad religiosa.
De inmediato, varios vecinos llamaron a la Policía Local de Alboraya. Esto no impidió que el individuo continuara golpeando el altar con una fuerza inusitada. «Parecía que estaba fuera de sí», añade el testigo. Una patrulla de la Policía Local se movilizó con urgencia y llegó pocos minutos después a la ermita. Cuando los agentes entraron en el templo, el profanador aún empuñaba un candelabro a modo de arma blanca. En el suelo, varios trozos de mármol y un cáliz abollado eran claros indicios de los importantes daños que acababa de causar el hombre.
Los policías locales arrestaron al individuo, que ofreció una fuerte resistencia. Uno de los agentes resultó lesionado en una mano durante el forcejeo. Tras leerle sus derechos, la patrulla policial trasladó al detenido al cuartel de la Guardia Civil de Tavernes Blanques.
Todo parece indicar que el irreverente se encontraba bajo los efectos del alcohol o alguna sustancia estupefaciente. El arrestado, que es de nacionalidad rumana, pasará hoy a disposición del juez de guardia. Los destrozos consistieron en la rotura del altar de mármol, los daños del mueble de madera y la abolladura del cáliz. Varios de los fieles que presenciaron el sacrilegio facilitaron sus datos personales a la Policía Local.
Una fiesta local
La festividad dels Peixets, que se celebra el lunes de Pentecostés en la ermita dels Peixets o del Milagro, es una fiesta local de Alboraya que consiste en acudir a este santuario para participar en una jornada de confraternidad religiosa.
Tanto el templo como el altar tienen un gran valor histórico y cultural. La ermita está enclavada en la partida del Milagro junto al mar y la desembocadura del barranco del Carraixet. De estilo gótico, el santuario fue edificado en 1909 sobre el antiguo templo. De este se conserva el retablo de azulejos representando el milagro que hoy ocupa el testero del altar.
La fachada está dividida en tres tramos separados por unos estribos rematados con pináculos. La construcción de la ermita se debe a la conmemoración del milagro ocurrido en el siglo XIV (1348) en ese mismo lugar, según cuenta la tradición.
@JAVIER MARTÍNEZ / Las Provincias.es