El heraldo de La Balesquida recorre el centro histórico ovetense para anunciar el reparto de «un bollu de pan y medio cuartillo de vino»
Oviedo ya tiene permiso para celebrar mañana su Martes de Campo. Poco después de la una de la tarde de ayer, y tras escuchar la petición del Heraldo de La Balesquida, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo, José Suárez Arias-Cachero -transformado durante unos minutos en el corregidor del Oviedo medieval- daba permiso para el reparto del bollo y el vino. «Que haga buen tiempo, y que vos preste», sentenció desde uno de los balcones del Consistorio.
A pesar de los deseos del concejal, parece que el tiempo no va a aliarse con quienes decidan comer el bollo en alguno de los parques de la ciudad. Según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la probabilidad de que mañana llueva en Oviedo es del 90 por ciento. Las temperaturas oscilarán, según la Aemet, entre los 20 grados de temperatura máxima y los 12 de mínima.
La parada del heraldo frente al Ayuntamiento ovetense fue el punto medio de un recorrido que comenzó, a las doce y media del mediodía de ayer, en la plaza de la Catedral. El recinto, convertido durante el fin de semana en un mercado medieval, reforzó la imagen de una cofradía, La Balesquida, única por su historia, que se remonta al siglo XIII y a la figura de la noble doña Velasquita Giráldez, que en 1232 donó todo su patrimonio al gremio de sastres de la ciudad.
«La tradición del heraldo se recuperó en 2002», explicaba ayer José Luis Felgueroso, vocal de la sociedad protectora de La Balesquida. «En ese momento decidimos asociar al heraldo con la petición de permiso al Alcalde para celebrar la fiesta, seguro que en aquella época también se hacía», añadió. Ayer, la banda de gaitas «Xiranda» y los miembros de la Asociación Cultural «La Madreña», de Posada de Llanera, acompañaron el paso del heraldo.
Vestido de blanco, sobre un caballo del mismo color y con dos trompas que anunciaban su llegada con una fanfarria, el mensajero de la cofradía de los sastres comunicó a los ovetenses -tras su visita a las «casas de la justicia»- que las fiestas de La Balesquida podían celebrarse. Ayer, el III Torneo Infantil de Ajedrez, en la plaza de Trascorrales. Hoy, un concierto de la Banda de Música «Ciudad de Oviedo», a las ocho de la tarde, en el quiosco del Paseo del Bombé. A la misma hora, en la capilla de La Balesquida se oficiará una misa y un responso en sufragio de los cofrades y socios difuntos.
El día grande de La Balesquida será mañana, Martes de Campo. El reparto del bollo -heredero del trozo de tocino con pan que se daba a los cofrades- y el vino a los socios de la Cofradía comenzará a las nueve de la mañana en el Paseo del Bombé. Una hora más tarde, misa y bendición del pan en la capilla. A la una y media del mediodía, una descarga anunciará el final del reparto. Durante todo el día, diferentes juegos infantiles ocuparán el Paseo de la Rosaleda, y a las doce y media de la mañana se celebrará el campeonato local de bolos y el concurso de tiro con «forcao».
A las cinco de la tarde, y tras la comida en el Campo de San Francisco, se celebrará el torneo provincial de bolos, un festival de canción asturiana y una exhibición de tiro a la rana. A partir de las siete, y en el mismo Paseo del Bombé, la orquesta «Vivians» cerrará la romería.
Si la lluvia lo permite, los parques y zonas verdes de la ciudad se llenarán mañana en el almuerzo campestre del bollo y el vino. Aunque los ovetenses ya no van de gira a las capillas de Santa Ana de Mexide o Santa Susana, el Campo de San Francisco se mantiene como eje de las celebraciones de La Balesquida. Ese es el lugar marcado en la petición del heraldo que ayer cumplió, por octavo año consecutivo, su nueva cita con la historia para anunciar que «el preceptivo permiso para proceder al reparto del bollu de pan de fisga con chorizo y medio cuartillo de vino pasado el monte, que como es tradicional, se hará en el Campo de San Francisco», un año más, ha sido concedido.