Cruzados ingleses se establecieron en Tortosa (Tarragona) en el siglo XII, según ha recogido en una investigación el historiador de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Antoni Virgili.
El trabajo de Virgili, adscrito al departamento de Ciencias de la Antigüedad y de la Edad Media de la UAB, documenta que el grupo de cruzados ingleses, que se habían unido a la Cruzada convocada por el Papa Eugenio III, en 1146, partió del puerto inglés de Dartmouth al año siguiente en dirección a Tierra Santa.
El destacamento se detuvo en Compostela, lo que aprovecharon para hacer peregrinaje a la tumba del apóstol Santiago y participar en diversas campañas de la conquista de Al-Andalus.
Entre las campañas en las que participaron tuvieron un papel relevante, recuerda Virgili, en las expugnaciones de Lisboa (1147) y Tortosa (1148).
El estudio de Virgili, publicado en la revista especializada "Journal of Medieval History", sostiene que "una parte importante de los cruzados anglonormandos y flamencos decidió no continuar hacia Tierra Santa, sino que se afincaron en Tortosa y sus inmediaciones, en el bajo Ebro, en las tierras cedidas por el conde barcelonés Ramón Berenguer IV como señal de gratitud a los cruzados.
La presencia del ejército cruzado está bien documentada por las crónicas narradas, en especial en el relato del cronista genovés Caffaro, y en la documentación contemporánea.
La identificación de estos individuos se ha podido realizar a través del apellido formado a partir del gentilicio correspondiente a sus regiones de origen (Inglés, Galés, Flamenco).
Así, el registro sistemático de la documentación latina redactada a raíz de la conquista de Tortosa ha permitido recoger información relativa a una treintena de estos cruzados de origen anglonormando y flamenco que contribuyeron a configurar la nueva sociedad colonial de origen feudal que sustituyó a la población musulmana vencida.
Los miembros del colectivo cruzado instalado en Tortosa llevaron a cabo un proceso destacado de acumulación y gestión de patrimonio inmueble, como casas en la ciudad, tierras o propiedades, al recibir generosas donaciones de Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona y príncipe de Aragón, y ceder tierras en establecimiento a cambio de rentas.
Según Virgili, "su presencia está documentada a través de las operaciones de enajenación en las que participaron de forma activa, así como en la concesión de préstamos y el uso de moneda de oro en sus transacciones".
Los cruzados se relacionaron con los poderes acabados de constituir, como los monasterios cistercienses de Poblet y Santes Creus, la catedral de Tortosa y la Orden del Temple, añade el estudio.
También formaron una auténtica colonia que colaboraba y se relacionaba de forma intensa en todas las operaciones que llevaban a cabo a través de la figura del 'testimoniatge' (testimonio).
Gelabert Inglés, su hermano Teobaldo (miembro del capítulo de la sede de Tortosa), Godafred Flamenco (o Inglés), Guales Flamenco, Osbert Inglés, Joan Inglés y Pere de Gales son algunos de los más destacados miembros del destacamento cruzado que, después de contribuir decisivamente en la conquista de Tortosa, formaron parte de la oligarquía que dominó los primeros años de la Tortosa feudal, concluye el historiador de la UAB.
@EFE
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