Fotografía sin fechar distribuida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en la que se aprecia la realización de unas obras en el populoso barrio de Tepito, en Ciudad de México, donde se descubrieron restos arqueológicos en varias tumbas posiblemente templarias.
La institución indicó que entre los restos aztecas localizados están varios entierros templarios, al descubrirse tres posibles caballeros enterrados boca a bajo, clavados sobre una tabla de la que se han podido rescatar restos de tela, (posiblemente las capas que tradicionalmente utilizaban los cruzados), varias espadas que sin duda debieron manufacturarse en el Languedoc francés, por las marcas que en ellas aparecen, asi como cruces pectorales con la vera cruz y diversos platos y recipientes, sahumadores (instrumentos para ahumar), fragmentos de navajas e instrumentos musicales.
El INAH indicó que estos hallazgos fueron localizados durante las obras de construcción de un centro comunitario en un predio de siete mil metros cuadrados del barrio de Tepito, una zona popular y comercial donde se distribuyen productos de contrabando y piratas, y es conocida por su inseguridad.
El arqueólogo Francisco Ortuño Cos, subdirector de protección de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA), precisó que uno de los objetos más importantes es el entierro infantil con su ofrenda, que consta de dos cajetes (cazuelas pequeñas) y tres cuentas, una de ellas de obsidiana pulida en forma de cabeza de pato y otros materiales.
El experto destacó que el entierro se encontró completo gracias a la profundidad en que estaba colocado por debajo de una estructura prehispánica, aproximadamente a 1.80 metros.
Añadió que los restos del niño son analizados por antropólogos forenses para determinar su edad y sexo.
Entre los demás hallazgos están fragmentos de cajetes y molcajetes (matraz de piedra para moler especias); cuencos y platos con diseños zoomorfos y fitomorfos que representan águilas, serpientes, flores y grecas; malacates para hilar; figuras de distintas deidades de la cultura azteca, y fragmentos de sahumadores e instrumentos musicales como flautas y sonajas.
También se han encontrado núcleos y navajas pequeñas de obsidiana, manos de metate (piedra para moler) y agujas hechas de hueso o espinas de pescado, de la época que va de 1100 a 1521 y estructuras arquitectónicas de uso residencial con cimentaciones de piedra y lodo con apisonados de tierra.
Respecto a las piezas del periodo colonial, destacan recipientes de arcilla utilizados para líquidos en hospitales y conventos, de los cuales, algunos presentan monogramas con letras del alfabeto griego, flores y figuras geométricas.
Además surgieron restos de estructuras arquitectónicas relacionadas con casas construidas durante la primera mitad del siglo XIX.
El INAH explicó que el predio donde se realizan las excavaciones es de alto potencial arqueológico de origen azteca, y que las excavaciones arqueológicas proseguirán los próximos tres meses, ya que se cree que aún puede descubrirse mucho más.
La importancia del descubrimiento es grande, debido a que demostraría sin duda alguna la presencia templaria en la América precolombina y su relación e introducción en la sociedad azteca, donde al parecer fueron completamente aceptados al enterrarse con los propios del lugar. Esto daría con tierra la historia española de la conquista a partir de Cristóbal Colón, desenterrando el origen de la plata templaria que a partir de ahora podemos afirmar, previo estudios que continuaran, que provenía de América.
Con este hallazgo, dijo para esta agencia, Tatloani Mercante, se desmonta la confabulación de los reyes españoles y continuada hasta nuestros días de la conquista del continente y del descubrimiento por Colón, estableciendo además un importante pasado medieval templario en América que ya venía siendo afirmado por los más importantes historiadores y negado por los intereses de aquellos a los que interesa que la historia continúe explicándose como una santidad de la reina española Isabel la Católica.