La «cápsula del tiempo», que data de 1835, tendrá que esperar varios días para ser abierta
Los expertos desvelarán su contenido esta semana
¿Quién no ha querido, o al menos soñado, guardar para la eternidad una parte de su legado con la intención de que generaciones futuras tuvieran la posibilidad de conocer el mundo en el que vive? Éste pudo ser la intención de un madrileño que en el siglo XIX se planteó dejar un recuerdo a los ciudadanos del futuro. La Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid extrajo ayer una «cápsula del tiempo» enterrada frente al pedestal original de la estatua de Cervantes, situada en la Plaza de las Cortes, frente al Congreso de los Diputados. La estimación que hacen los expertos es que la cápsula data de 1835.
Es relevante el hecho de que precisamente a finales del siglo XIX la estatua se desplazó unos metros de su ubicación original, por lo que se cree que puede tener relación con la propia estatua o con la zona en la que se encuentra. Se trata de una caja de plomo de peso considerable con dimensiones de 38x22 centímetros en perfecto estado de conservación. El hallazgo se descubrió con motivo de las obras que está realizando el Ayuntamiento de Madrid en el parking de la Plaza de las Cortes y la cápsula ya ha sido trasladada al Museo Arqueológico Regional, situado en Alcalá de Henares. El siguiente paso, como no puede ser de otra manera, es abrir la «cápsula del tiempo» para conocer su contenido. Lo primero es esperar a que se retire la humedad, por lo que hay que dejarla en reposo. Habrá que esperar a finales de semana –o incluso al lunes– para abrirla. En cuanto al contenido de la caja, las especulaciones no dejan de crecer. Se habla que pudiera contener un manuscrito de la época, un ejemplar de «El Quijote», periódicos de aquella fecha, monedas o cualquier tipo de referencia histórica. El misterio está por resolver.
@A. Castellón/La Razón