Una dura homilía lanzó monseñor Claudio Giménez durante la misa central en honor a la Virgen de Caacupé. Habló de una "lucha de clases creciente", del "odio, la soberbia, la mentira y la hipocresía" en Paraguay. Advirtió que si esto no se frena, es posible un "derramamiento de sangre". Pidió "paz y justicia" e hizo un llamado a los políticos.
Miles de fieles llegaron hasta la Basílica de la Virgen de Caacupé para la liturgia central del novenario. La ausencia más notable fue la del presidente de la República, Fernando Lugo. Sí asistieron el vicepresidente Federico Franco, el titular del Congreso, Miguel Carrizosa, así como otros parlamentarios de distintos partidos políticos.
Durante su homilía, monseñor Giménez no dio muchas vueltas al hablar de los problemas que atraviesa el país, en el aspecto político como de inseguridad.
"Ser honestos, ser justos, ser veraces, decir la verdad, ser pacíficos, todo eso significa ser irreprochables", indicó.
"Nosotros sin embargo, nos preguntamos, cómo vivimos, creo que en cierto sectores al menos, no quiero generalizar, vivimos como enemigos, confrontados, en lucha de clases, aquí en Paraguay creciente, y se nota y nos duele que los paraguayos tengamos que encontrarnos en esta situación, que tarde o temprano, nos llevará al derramamiento de sangre si esto no se soluciona a tiempo", indicó Giménez.
"El motor que impulsa el corazón de algunos paraguayos no es el amor, ni la justicia, sino el egoísmo, el odio, el resentimiento y la amargura, la soberbia, la violencia y la mentira, la hipocresía y la indiferencia hacia el hermano", dijo, además.
"No funciona la frase o se van ellos o nos vamos nosotros", dijo, además, para luego sostener que "en este país, nuestro país, tenemos que aprender a convivir solidariamente entre todos, en espíritu de colaboración".
Insistió en que "este es el único Paraguay que tenemos" y que "pretender eliminar a ricos o a pobres no es el camino, sino el permanente conflicto".
INSEGURIDAD. Giménez no dejó a tras el problema de inseguridad y más aún el tema del secuestro, que lo ligó al terrorismo. "El secuestro y el tomar rehenes hacen que aparezca el terror", expresó. "El terrorismo es una de las formas más brutales de violencia porque siembra el odio", dijo para recibir aplausos de aprobación por la condena a este delito. "Son (métodos) moralmente ilegítimos", manifestó en abierto rechazo al modelo de lucha planteado por el denominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). "Hay que buscar las causas", dijo en relación a los motivos que mueven a este tipo de grupos a tomar las armas.
PATERNIDAD. Aunque no mencionó específicamente el caso, la homilía, en parte, estuvo directamente dirigida al presidente Lugo. Monseñor Giménez habló de la paternidad responsable. "Todo niño tiene derecho de ser reconocido por su padre y llevar su apellido, Tiene derecho a una identidad propia y necesita", expresó y se escucharon nuevamente aplausos, en aprobación a lo señalado.
PAZ Y JUSTICIA. En la homilía, con mucho tinte social y político, también se pidió paz y justicia. Giménez recordó que en la bandera paraguaya se menciona precisamente "paz y justicia" y dijo que "esas palabras deben aterrizar en el corazón de nuestro pueblo".
DEMOCRACIA. En un abierto llamado a los poderes del Estado y a los partidos políticos, monseñor Giménez se refirió a la democracia y trajo a colación la discusión en relación a la democracia "participativa y representativa" que saltó en la discusión entre los políticos. "Democracia participativa y representativa, ¿no pueden acaso funcionar juntas, si eso está establecido en la Constitución?", se preguntó para minutos después sostener que "no debemos estar dividiéndonos, podemos construir paz y podemos practicar la justicia".
Miles de fieles llegaron hasta la Basílica de la Virgen de Caacupé para la liturgia central del novenario. La ausencia más notable fue la del presidente de la República, Fernando Lugo. Sí asistieron el vicepresidente Federico Franco, el titular del Congreso, Miguel Carrizosa, así como otros parlamentarios de distintos partidos políticos.
Durante su homilía, monseñor Giménez no dio muchas vueltas al hablar de los problemas que atraviesa el país, en el aspecto político como de inseguridad.
"Ser honestos, ser justos, ser veraces, decir la verdad, ser pacíficos, todo eso significa ser irreprochables", indicó.
"Nosotros sin embargo, nos preguntamos, cómo vivimos, creo que en cierto sectores al menos, no quiero generalizar, vivimos como enemigos, confrontados, en lucha de clases, aquí en Paraguay creciente, y se nota y nos duele que los paraguayos tengamos que encontrarnos en esta situación, que tarde o temprano, nos llevará al derramamiento de sangre si esto no se soluciona a tiempo", indicó Giménez.
"El motor que impulsa el corazón de algunos paraguayos no es el amor, ni la justicia, sino el egoísmo, el odio, el resentimiento y la amargura, la soberbia, la violencia y la mentira, la hipocresía y la indiferencia hacia el hermano", dijo, además.
"No funciona la frase o se van ellos o nos vamos nosotros", dijo, además, para luego sostener que "en este país, nuestro país, tenemos que aprender a convivir solidariamente entre todos, en espíritu de colaboración".
Insistió en que "este es el único Paraguay que tenemos" y que "pretender eliminar a ricos o a pobres no es el camino, sino el permanente conflicto".
INSEGURIDAD. Giménez no dejó a tras el problema de inseguridad y más aún el tema del secuestro, que lo ligó al terrorismo. "El secuestro y el tomar rehenes hacen que aparezca el terror", expresó. "El terrorismo es una de las formas más brutales de violencia porque siembra el odio", dijo para recibir aplausos de aprobación por la condena a este delito. "Son (métodos) moralmente ilegítimos", manifestó en abierto rechazo al modelo de lucha planteado por el denominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). "Hay que buscar las causas", dijo en relación a los motivos que mueven a este tipo de grupos a tomar las armas.
PATERNIDAD. Aunque no mencionó específicamente el caso, la homilía, en parte, estuvo directamente dirigida al presidente Lugo. Monseñor Giménez habló de la paternidad responsable. "Todo niño tiene derecho de ser reconocido por su padre y llevar su apellido, Tiene derecho a una identidad propia y necesita", expresó y se escucharon nuevamente aplausos, en aprobación a lo señalado.
PAZ Y JUSTICIA. En la homilía, con mucho tinte social y político, también se pidió paz y justicia. Giménez recordó que en la bandera paraguaya se menciona precisamente "paz y justicia" y dijo que "esas palabras deben aterrizar en el corazón de nuestro pueblo".
DEMOCRACIA. En un abierto llamado a los poderes del Estado y a los partidos políticos, monseñor Giménez se refirió a la democracia y trajo a colación la discusión en relación a la democracia "participativa y representativa" que saltó en la discusión entre los políticos. "Democracia participativa y representativa, ¿no pueden acaso funcionar juntas, si eso está establecido en la Constitución?", se preguntó para minutos después sostener que "no debemos estar dividiéndonos, podemos construir paz y podemos practicar la justicia".