Ahora resulta que era el Crucifijo el responsable del fracaso escolar de nuestro país. No hay otra razón, ni la degradación de la educación, ni la relajación educadora de nuestra juventud, ni el poco nivel de la escuela pública. No, el único responsable del fracaso escolar en nuestro pais es el Crucifijo. Hay que quitarlo de todas la aulas, de todos los centros públicos o privados. Antes llegó la supresión de tan "culpable artilugio" de las sedes oficiales, ahora las aulas, dentro de nada serán las casas de cada uno las que tendrán que renunciar al Crucifijo en la pared, y más tarde será de los cuellos de donde habrá que arrancar tan "infame imagen".
Mientras, al mismo tiempo que se intenta que se vea menos el símbolo cristiano de Nuestro Señor en la Cruz, se utiliza el tema para que los que verdad están llevando a la ruina a este pais pasen de puntillas, distraida nuestra atención por la descabellada idea de quitar el Crucifijo, a ser posible, de nuestras vidas, nos olvidemos de la crisis, (aunque difícil tal y como está), nos olvidemos de las prevaricaciones por doquier, de los pelotazos inmobiliarios, de la financiación de los partidos políticos, de la corrupción mangante y ladrona de la clase política de este pais que cada día nos sorprende más en los periódicos, con fotografías de alcaldes, diputados, etc. esposados y dirigidos al banquillo de los acusados, a los que mientras mantienen en la calle, sacándoles de casas-cuárteles vacías durante estas frías noches de invierno a niños y mayores, como ahora en un pueblo de Catalunya, no escamitan esfuerzos para blindar sus contratos o largarse con el dinero de todos a paraisos fiscales desde donde se ríen de la crisis, del Crucifijo y de todos nosotros.
No es nueva esta manera de atacar al cristianismo, ya los romanos la utilizaron cuando quisieron distraer al pueblo de las miserias que los rodeaban, ofreciendo a cristianos para ser devorados por los leones en el circo. El mismo Nerón, ZP romano y primario como éste de ahora, culpó a los cristianos del incendio de Roma y así ha venido sucediendo cada vez que algún gobernante buscaba como distraer de los verdaderos problemas al pueblo, cada vez más sumiso y domado.
Lo curioso es que mientras al cristiano se le persigue cada día más en sus convicciones más profundas, se permiten burkas por las calles, DNI con velos en la cabeza de mujeres musulmanas, (cuando si a usted, cristiano occidental, el pelo del flequillo le cae sobre los ojos, la fotografía no es válida para la misma policía que admite el velo en el DNI), se hace la vista gorda con mezquitas clandestinas en garajes y sótanos de pisos, desde donde se pronuncian fatwas contra "enemigos de los musulmanes" o se preparan atentados como los del ferrocarril de Madrid.
Desde aquí, desde Fratertempli, proponemos que saquemos nuestros Crucifijos de debajo de la camisa, que los mostremos abiertamente sobre la camisa, al aire libre. Que nuestros hijos suplan la falta del Crucifijo en la pared del aula con los suyos sobre su pecho, colgando del cuello. Que los funcionarios cristianos lo hagan igual con los suyos corrigiendo la falta de Crucifijo en los locales y despachos oficiales, y asi todos los cristianos, cada uno en su vida laboral, (el que la tenga) y social.
Esta ley se merece que a partir de ahora se vean más Crucifijos que nunca por las calles, en los lugares de trabajo, y que allí donde estemos, si observamos a otra persona con su Crucifijo colgando del cuello, sepamos que allí hay un hermano en Cristo y veamos si también son capaces de negarnos el derecho de llevar a Cristo con nosotros, ya que ellos lo quitaron de los lugares donde normalmente estudiamos, hacemos nuestros trámites burocráticos obligados, etc.
Estaría bueno que una musulmán pudiera ir con su velo a clase y mi hija no con su Crucifijo. Hasta ahí podríamos llegar. Yo no quiero que a esa musulman la obligue nadie a dejar su velo en casa, pero también creo que tenemos derecho, (si no por devoción como en nuestro caso, aunque solo sea por tradicion ), a que en esa misma clase esté el Crucifijo que siempre estuvo.
Toda acción debe ir acompañada de la correspondiente reacción. Reaccionemos pues y saquemos a la calle nuestros Crucifijos. Demostremos que la libertad no está en quitar sino en sumar, no en prohibir sino en tolerar. Saquemos nuestros Crucifijos, saquémoslos a la calle. No en vano, en nuestra tradición templaria, cuando faltaba un Crucifijo, la empuñadura de la espada clavada en tierra hacía las veces de Cruz ante la que orar.
Libertad, tolerancia, si, pero para todos.