1 DE NOVIEMBRE DE 2009 EN BELVER DE LOS HORRORES

Se cumple un mes de nuestra visita a Belver de los Horrores, (Belver de Cinca en los mapas) para honrar a los “muertos del vertedero”, aquellos que aunque habían pagado buenos dineros a la Iglesia para que sus restos reposaran en la misma y fueron profanados y expoliados precisamente por la ambición de un representante de esa misma Iglesia a la que encargaron la custodia de sus cuerpos, que no supo valorar la dignidad que representaba ante la tentación de lo que se pudiera encontrar en las tumbas, tentado por los componentes de esa mafia aragonesa que tanto daño ha hecho al patrimonio histórico cultural de Aragón, y más concretamente en la Franja.

Cuando llegamos en compañía de D. Miguel Fox, tenaz y fiel con el compromiso adquirido por sus antepasados de la Casa Fox, a la zanja vertedero, allí nadie había ido a poner siquiera una pequeñas flores que bien pudieran significar de haber estado algún remordimiento por parte de aquellos que hoy alimentan su trigo con los restos mezclados de los profanados en la Iglesia y las basuras vertidas con ellos para ensanchar la finca. Tan sólo en la distancia vimos como nos tiraban fotografías desde las construcciones lejanas, en una clara postura de cobardía y a la vez obediencia a aquellos que, avisados como estaban de nuestra llegada a través del blog (no tenemos que esconder nada), ordenaron la toma de fotografías de los que fuimos, quizás en un intento de identificarnos para quién sabe qué. Quizás para en un futuro disparar contra nosotros como ya lo hicieron en el pasado con D. Miguel Fox.

Rezamos por el alma de los allí abandonados entre basuras y depositamos las flores y la pequeña corona con los colores del Temple que portábamos, con el alma acongojada por la maldad humana que movió a esos delincuentes a profanar las tumbas de los Caballeros Templarios defensores de los castillos de Monzón y Chalamera y de los vecinos que confiaron un día en esa Iglesia que al paso de los tiempos les traicionó en la persona de su párroco con el visto bueno y complicidad de sus Obispos, políticos y jueces.

De allí marchamos al cementerio municipal, que no de la Iglesia, por mucho que alguien insistió en que teníamos que pedir permiso precisamente al que propició los desmanes y profanaciones, es decir el párroco de la iglesia. Lógicamente no pedimos permiso a nadie. En este país todo el mundo puede visitar a sus muertos sin necesidad de que alguien te autorice, y prueba de ello es la verbena en que se había convertido el camposanto, repleto de flores y de conversaciones de los muchos vecinos de Belver que hasta allí se habían llegado para honrar a sus muertos más recientes, sin acordarse nunca de los deshonrados por la mafia aragonesa con el cura a la cabeza, ni de los desocupados de los nichos propiedad de la familia Fox y que desaparecieron de la noche a la mañana sin que a nadie le importara. También estuvimos frente a esos nichos ocupados por cuerpos extraños a la familia propietaria de los mismos.

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En el cementerio nos concentramos con nuestros Mantos Blancos, (repetimos que no tenemos que escondernos de nadie y no tememos a nadie ni a nada), y pudimos comprobar in situ como la Iglesia había de nuevo mentido a quien nos decía eso de los permisos al sacerdote profanador, ya que le habían asegurado que en su día ya se produjo la entrega de las seis bolsas donde, a requerimiento de D. Miguel Fox, se metieron parte de los huesos del vertedero y de la Iglesia por parte de la Guardia Civil, miembros de la cual pasaron por delante del cementerio (posiblemente avisados por alguno de los cobardes profanadores), y que ni se bajaron del coche, pues nada anómalo pasaba en el interior del cementerio, salvo que habían llegado los Templarios para honrar a los despojados de sus derechos y que reposaban en el osario. Comentábamos la nueva mentira de la Iglesia pues comprobamos y en las fotografías se ve que por la pequeña trampilla es imposible bajar para recoger las precisas bolsas que reclamamos, (además de las reclamaciones de los restos del vertedero y de los que pueden quedar en la Iglesia ante la premura para cerrar el suelo de la misma ante las denuncias que interpuso D. Miguel. Tal apresuramiento provocó que dicho suelo quedara más propio de una entidad bancaria que de una Iglesia del S. XVI).


De allí nos trasladamos a la Iglesia donde se habían producido las profanaciones y los expolios. Bonita Iglesia si no encerrara entre sus paredes ese horroroso sacrilegio cometido por quien debía cuidar que no ocurrieran esos desmanes en suelo sagrado, pero en fín, allí estuvimos y ante tanto Manto Blanco es curioso como el sacerdote ni apareció, dejando eso para un insignificante personajillo que se dirigió antes de entrar a la Iglesia a D. Miguel Fox preguntándole si tenía que haber escogido precisamente ese día para ir al cementerio, a lo que D. Miguel contestó que él escogía el día que quería y si no le gustaba que fuera a la Guardia Civil a denunciarle. El “buen ciudadano y piadoso católico” aceleró la furgoneta que llevaba con un “me cago en Dios” que retrataba a la perfección por qué casi todo el pueblo está de parte del cura sacrílego y profanador. Pues otro “temeroso de Dios y piadoso católico” era el que entraba y salía de la Iglesia continuamente mientras estuvimos allí, pero ya sin decir nada, pues parece ser que ya las palabras que le dirigió cuando la blasfemia la Comendadora de Aragón, y la vigilancia a la que le sometieron algunos +Hermanos le hicieron pensar que era mejor callar y esperar mejores tiempos.

El próximo año ya sabe que volveremos, pues ya hemos comunicado que hasta que no se repare el daño y los huesos sean entregados para su cristiana sepultura, seguiremos marchando hasta Belver de los Horrores cada año por el mismo día.


JUSTO DONDE ESTÁ EL ORBE MÁS BRILLANTE, EN LA PILA BAUTISMAL, ESTABAN Y AÚN QUEDAN RESTOS DE LOS TEMPLARIOS

Terminados nuestras oraciones y nuestro pequeño homenaje a los Caballeros Templarios y demás vecinos con ellos profanados, nos marchamos de Belver con la sensación de dejar atrás un pueblo huérfano de historia por decisión de unos cuantos mafiosos, que enterraron esa historia entre las basuras de una zanja/vertedero para relleno de una finca, cuyos dueños, casualmente armaron un tremendo alboroto cuando por culpa de un desgraciado accidente se les mató un hijo y, para enterrarlo, los responsables del pueblo y del cementerio tiraron a su abuelo al basurero municipal, y ahora callan cuando los muertos que hay en la zanja de sus tierras parece ser que no son los suyos.

Sólo decir que al mismo tiempo de nuestra visita a Belver, en Argentina, México, Venezuela, Chile, Perú, Santo Domingo, Paraguay, Uruguay y Puerto Rico se entregaron cartas de protesta reclamando justicia para los hechos de Belver de los Horrores en las distintas embajadas y consulados por parte de nuestros +Hermanos Templarios Latinoamericanos.

Esperamos que ya que no la Justicia, sea la vergüenza, (si la tienen), la que sea capaz de mover a los responsables de este país a tomar cartas en el asunto. Mientras todos los años se realizará lo mismo, hasta que se haga justicia, y continuaremos desde nuestros blogs y páginas web exigiendo esa justicia, citando a todos los que componen esa mafia aragonesa, sean jueces, sacerdotes, obispos o políticos. A todos públicamente continuaremos denunciando en la red, pues ni para eso tienen valentía, para denunciar lo que nosotros hacemos, ¿Qué les hace tener tanto miedo a denunciar, a intervenir de una vez ante nuestras acusaciones? El que son culpables de las profanaciones, de los expolios, de las prevaricaciones, de las falsas denuncias que hace años ponen para intentar disuadir a D. Miguel de continuar su lucha, de todo lo ocurrido en la Franja con la desaparición del Patrimonio Histórico-Cultural. Por eso callan, por eso son cobardes.