Ciutat Vella concentra el 78% de las excavaciones de la ciudad
El distrito de Ciutat Vella es el punto caliente de la arqueología de Barcelona, ya que concentra el mayor número de restos antiguos de la ciudad. Las estadísticas así lo confirman: de los 95 permisos concedidos para realizar excavaciones hasta el 14 de julio, 74 fueron para hacerlo en el distrito I de Barcelona (un 78%), seguido a muy larga distancia por Horta Guinardó con 7, Sants-Montjuïc con 5, Sarrià-Sant Gervasi con 3, Sant Martí y Eixample con 2, Les Corts y Nou Barris con 1, y Gràcia y Sant Andreu que no han tenido actividad arqueológica este año. Unos datos que se repiten de forma parecida año tras año.
La carta arqueológica estará terminada en 2010 y será accesible por Internet
Pero al contrario de lo que se pueda pensar, el 98% de los yacimientos arqueológicos que se excavan en la ciudad están localizados, y tan sólo un 2% aparecen de forma fortuita. La carta arqueológica de Barcelona, que estará terminada en 2010, hará inventario de todos los restos arqueológicos de la ciudad, desde la prehistoria hasta el siglo XIX, por lo que el subsuelo dejará de ser una caja de sorpresas. La carta permitirá planificar las intervenciones urbanísticas -desde la reforma y construcción de nuevos edificios hasta la apertura de zanjas para canalizar cableados y tuberías-, evitando así destrucciones innecesarias. Además, cualquier persona podrá consultar por Internet si hay restos en la esquina o debajo de su casa y a qué época pertenecen.
Para los técnicos de patrimonio del Museo de Historia de la Ciudad (MUHBA), los 90 kilómetros cuadrados del término municipal de Barcelona forman parte de un único yacimiento arqueológico que se ha de estudiar de forma global. Según Carme Miró, responsable del Plan de Arqueología Urbana y de la carta arqueológica de la ciudad, "esta extensión ha hecho que los intentos por disponer de esta herramienta desde la década de los noventa hayan fracasado". La empresa Àtics SL, que ganó un concurso para la realización de este proyecto en enero, ha revisado durante seis meses la bibliografía arqueológica sobre Barcelona, la topografía histórica, la evolución del catastro a lo largo del tiempo y la cartografía. Asimismo, también comprobó pinturas, grabados, fotografías antiguas y la toponimia, ha estudiado las colecciones públicas y privadas con material arqueológico de la ciudad, vaciado el Catálogo de Patrimonio, las actas notariales e incluso las noticias publicadas en los periódicos. Toda esa información se recoge en unas fichas que se volcarán en una base de datos elaborada por el Instituto Municipal de Informática. "Ya se han vaciado las primeras 500 fichas, de las más de 2.000 que se dispondrán", asegura Miró. Las fichas corresponden a los miles de puntos de interés arqueológico de la ciudad, "pero también se introducirán los puntos con resultado negativo sin restos, que también facilitan la ordenación del territorio", señala la arqueóloga. Los expertos han determinado que el espacio comprendido en un área de 50 metros alrededor de estos puntos forman un polígono arqueológico. El distrito de Ciutat Vella, por su concentración de restos, se ha considerado como un único polígono, lo mismo que Montjuïc.
Según Miró, la carta será un punto de unión entre el pasado, el presente y el futuro, ya que, cuando esté terminada, "permitirá disponer de una documentación georeferenciada de la historia de la ciudad, realizar consultas por zonas, por momentos del pasado o por tipo de edificación".
La Generalitat es la encargada de realizar el Inventario del Patrimonio Arqueológico de Cataluña. Cuando la carta arqueológica de Barcelona esté terminada se entregará al Departamento de Cultura para que la revise y la integre en esta red que desde 1982 recoge la descripción de los hallazgos, fotografías e información de las intervenciones arqueológicas de los más de 11.000 yacimientos localizados en toda Cataluña.
@JOSÉ ÁNGEL MONTAÑÉS/EL PAIS
El distrito de Ciutat Vella es el punto caliente de la arqueología de Barcelona, ya que concentra el mayor número de restos antiguos de la ciudad. Las estadísticas así lo confirman: de los 95 permisos concedidos para realizar excavaciones hasta el 14 de julio, 74 fueron para hacerlo en el distrito I de Barcelona (un 78%), seguido a muy larga distancia por Horta Guinardó con 7, Sants-Montjuïc con 5, Sarrià-Sant Gervasi con 3, Sant Martí y Eixample con 2, Les Corts y Nou Barris con 1, y Gràcia y Sant Andreu que no han tenido actividad arqueológica este año. Unos datos que se repiten de forma parecida año tras año.
La carta arqueológica estará terminada en 2010 y será accesible por Internet
Pero al contrario de lo que se pueda pensar, el 98% de los yacimientos arqueológicos que se excavan en la ciudad están localizados, y tan sólo un 2% aparecen de forma fortuita. La carta arqueológica de Barcelona, que estará terminada en 2010, hará inventario de todos los restos arqueológicos de la ciudad, desde la prehistoria hasta el siglo XIX, por lo que el subsuelo dejará de ser una caja de sorpresas. La carta permitirá planificar las intervenciones urbanísticas -desde la reforma y construcción de nuevos edificios hasta la apertura de zanjas para canalizar cableados y tuberías-, evitando así destrucciones innecesarias. Además, cualquier persona podrá consultar por Internet si hay restos en la esquina o debajo de su casa y a qué época pertenecen.
Para los técnicos de patrimonio del Museo de Historia de la Ciudad (MUHBA), los 90 kilómetros cuadrados del término municipal de Barcelona forman parte de un único yacimiento arqueológico que se ha de estudiar de forma global. Según Carme Miró, responsable del Plan de Arqueología Urbana y de la carta arqueológica de la ciudad, "esta extensión ha hecho que los intentos por disponer de esta herramienta desde la década de los noventa hayan fracasado". La empresa Àtics SL, que ganó un concurso para la realización de este proyecto en enero, ha revisado durante seis meses la bibliografía arqueológica sobre Barcelona, la topografía histórica, la evolución del catastro a lo largo del tiempo y la cartografía. Asimismo, también comprobó pinturas, grabados, fotografías antiguas y la toponimia, ha estudiado las colecciones públicas y privadas con material arqueológico de la ciudad, vaciado el Catálogo de Patrimonio, las actas notariales e incluso las noticias publicadas en los periódicos. Toda esa información se recoge en unas fichas que se volcarán en una base de datos elaborada por el Instituto Municipal de Informática. "Ya se han vaciado las primeras 500 fichas, de las más de 2.000 que se dispondrán", asegura Miró. Las fichas corresponden a los miles de puntos de interés arqueológico de la ciudad, "pero también se introducirán los puntos con resultado negativo sin restos, que también facilitan la ordenación del territorio", señala la arqueóloga. Los expertos han determinado que el espacio comprendido en un área de 50 metros alrededor de estos puntos forman un polígono arqueológico. El distrito de Ciutat Vella, por su concentración de restos, se ha considerado como un único polígono, lo mismo que Montjuïc.
Según Miró, la carta será un punto de unión entre el pasado, el presente y el futuro, ya que, cuando esté terminada, "permitirá disponer de una documentación georeferenciada de la historia de la ciudad, realizar consultas por zonas, por momentos del pasado o por tipo de edificación".
La Generalitat es la encargada de realizar el Inventario del Patrimonio Arqueológico de Cataluña. Cuando la carta arqueológica de Barcelona esté terminada se entregará al Departamento de Cultura para que la revise y la integre en esta red que desde 1982 recoge la descripción de los hallazgos, fotografías e información de las intervenciones arqueológicas de los más de 11.000 yacimientos localizados en toda Cataluña.
@JOSÉ ÁNGEL MONTAÑÉS/EL PAIS