Nos preguntamos como con la tecnología que hoy en día existe y como cuando las ciudades están repletas de cámaras por todos los lados, que te graban si paseas cerca de algún edificio oficial, si te acercas a alguna estatuta exhibida en ciertos paseos o parques, si vas a sacar dinero al cajero, etc, algo tan valioso como son los incunables y documentos originales que guardan y custodian museos y fundaciones estén tan desprotegidas que cualquiera pueda pasar y hacerse con ellas.
Tampoco entendemos como con la existencia de scaner y arcos de deteccción, no se instalan en los accesos a determinadas salas para impedir el paso a aquellos que como el hungaro detenido en esta ocasión puedan acceder portando un cuter. No lo entendemos y pensamos que independientemente de la culpabilidad del ladrón detenido, habría que buscar y depurar responsabilidades entre aquellos que aceptan y cobran por la labor de protegerlos y custodiarlos. Se nos ocurre que quizás sea la desidia o la preocupación en realizar otros gastos, quizás más populares o populistas, como la inaguración por todo lo alto de alguna exposición con ágape incluido, necesite de los presupuestos necesarios para instalar las medidas correctas de seguridad que en estas especiales aulas se precisarían para evitar este expolio constante que amenaza desde hace décadas a nuestro patrimonio.
Mientras la política a seguir sea esa, algo huele raro, raro, raro, en todos estos casos en los que nunca se depuran responsabilidades por el fallo o la inexistencia de las medidas de seguridad.
Lean ahora la noticia publicada hoy por el diario digital de Salamanca, Salamanca24horas.com:
Detenido un húngaro por robar 67 incunables, algunos relacionados con la Universidad
Sustrajo mapas de gran valor histórico con un cúter e importantes documentos, pero ha sido capturado en Pamplona. Se sospecha que pertenezca a una red internacional que ya actuó hace algunos años en la institución académica salmantina
La Guardia Civil ha detenido en un hotel de Pamplona a un ciudadano de origen húngaro que había sustraído 67 documentos de gran valor histórico de bibliotecas y archivos públicos de diversos puntos de España. Según informa Europa Press, el detenido sustrajo recientemente documentos del Archivo Real y General de Navarra y de la biblioteca pública de Soria. Pero entre los artículos robados se encuentran también dos mapas plegables de la edición de Geografía y Atlas, de Ptolomeo, fechada en la primera mitad del siglo XVI, que fue robado la pasada semana en la Biblioteca de Castilla-La Mancha, situada en el Alcázar de Toledo, y se le relaciona además con sustracciones hace años en la Universidad de Salamanca.
El detenido, especialista en mapas y manuscritos de los siglos XVI y XVII, entraba en las bibliotecas citadas con su carné falso y con un cúter escondido entre la ropa, a veces en dobles fondos, con el que extraía los mapas con cuidado para evitar que sufrieran daños. Los agentes de la Unidad Central Operativa de Patrimonio de la Guardia Civil encargados de la investigación de este caso creen que este hombre, que se encontraba de paso por Pamplona, podría formar parte de una red internacional dedicada a la compraventa de este tipo de objetos que podría estar relacionada con robos de mapas de Ptolomeo de otros incunables de las bibliotecas de El Escorial (Madrid), la Universidad de Salamanca y la Colombina de Sevilla.
Según declaró ayer el portavoz de la Guardia Civil en Castilla-La Mancha, José Luis González Capilla, este ladrón ha actuado "porque hay un mercado negro en el que este producto tiene salida". En el mismo sentido se expresó el director general de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla-La Mancha, Luis Martínez, quien indicó que "estos libros son muy escasos".
El detenido, a quien se buscaba desde la primavera de 2007, está acusado de los presuntos delitos de robo, falsificación de documento público, tenencia de documentación falsa y contra el Patrimonio Histórico. Los mapas antiguos son un objetivo muy codiciado por los ladrones de bibliotecas; en octubre del año pasado se recuperaron diez páginas de libros antiguos sustraídas en la Biblioteca Nacional, entre ellas dos mapamundis pertenecientes a la Cosmografía de Ptolomeo de 1482.