La Junta de Andalucía inicia el procedimiento para la inscripción de las obras como parte del Inventario de Bienes Muebles del Patrimonio Histórico Español. El conjunto de estos bienes aglutina la mayoría de los movimientos artísticos que se dieron en España y parte de Europa desde el siglo XVI hasta el pasado siglo XX.
La Consejería de Cultura ha iniciado el procedimiento para la inclusión en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA), de más de 700 bienes pertenecientes a la colección artística que la duquesa de Alba, que se encuentra en el Palacio de las Dueñas de Sevilla.
Los bienes que se catalogarán configuran una selección de la amplia colección artística que la duquesa, en la que destaca el fondo de carácter arqueológico, compuesto por piezas romanas, muestras medievales hispánicas y otras esculturas de diversa procedencia, cuya cronología abarca desde el siglo XVI al XIX.
Por su interés artístico e histórico, también sobresale un conjunto de tapices tejidos en Flandes durante los siglos XVI y XVII, en los que se representan escenas mitológicas como la serie que narra pasajes de la vida de Faetón realizada en los talleres de La Fama, temas religiosos, heráldica o motivos meramente decorativos. También se incluirán pinturas de gran valor, principalmente la renacentista y de los siglos XVII y XVIII, pertenecientes en su mayoría a la escuela española e italiana representadas por autores como José de Ribera, Lucas Jordán, Anibal Carracci, Francisco Antolinez, Joaquín Inza, Giovanni Paolo Pannini y Francesco Furini, entre otros.
La Consejería de Cultura ha iniciado el procedimiento para la inclusión en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA), de más de 700 bienes pertenecientes a la colección artística que la duquesa de Alba, que se encuentra en el Palacio de las Dueñas de Sevilla.
Los bienes que se catalogarán configuran una selección de la amplia colección artística que la duquesa, en la que destaca el fondo de carácter arqueológico, compuesto por piezas romanas, muestras medievales hispánicas y otras esculturas de diversa procedencia, cuya cronología abarca desde el siglo XVI al XIX.
Por su interés artístico e histórico, también sobresale un conjunto de tapices tejidos en Flandes durante los siglos XVI y XVII, en los que se representan escenas mitológicas como la serie que narra pasajes de la vida de Faetón realizada en los talleres de La Fama, temas religiosos, heráldica o motivos meramente decorativos. También se incluirán pinturas de gran valor, principalmente la renacentista y de los siglos XVII y XVIII, pertenecientes en su mayoría a la escuela española e italiana representadas por autores como José de Ribera, Lucas Jordán, Anibal Carracci, Francisco Antolinez, Joaquín Inza, Giovanni Paolo Pannini y Francesco Furini, entre otros.
Del siglo XIX también se inscribirá un amplio conjunto de pinturas costumbristas, así como una secuencia de retratos familiares que se extiende hasta los primeros años del siglo XX, conectando con la pintura modernista y prolongándose hasta las corrientes artísticas de la segunda mitad del siglo. De este período, resaltan obras de autores como Odier de París, F. J. Winterhalter, Antonio María Esquivel, Ignacio Zuloaga, Fernando Álvarez de Sotomayor, Joaquín Sorolla, Valeriano Bécquer, Ricardo Villegas, Gonzalo Bilbao, Julio Romero de Torres, Joaquín Mir, Mariano Bertuchi, Gustavo Bacarisas, Villegas Cordero o Alfonso Grosso. Asimismo, se suman algunos de los más representativos creadores de la pintura andaluza de los últimos años, caso de Joaquín Sáenz, Carmen Laffón y Santiago del Campo.
Además, se incluirán piezas de artesanía andaluza del siglo XIX, con piezas representativas de los barros malagueños o granadinos, que representan a serranos o personajes ataviados a la usanza de la época. Del mismo modo, se conservan elementos relacionados con la guarnicionería, entre los que destaca un aparejo de montar granadino que perteneció a la emperatriz Eugenia de Montijo.
Asimismo, se inscribirá en el CGPHA un conjunto de piezas mobiliarias, entre los que destacan bargueños o escritorios renacentistas decorados con esmeradas taraceas, muebles españoles de los siglos XVII y XVIII, ejemplos de mobiliario historicista y modernista, así como relojes de los siglos XVIII al XX y algunas muestras de las artes decorativas, como porcelanas, obras de orfebrería, cortinajes, alfombras y un conjunto de abanicos del siglo XIX.
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