INVESTIDURA EN BEADE (2) DISCURSO DEL GRAN PRIOR DE ESPAÑA

Subimos el discurso pronunciado en la Iglesia de Beade, llena hasta las puertas por los vecinos, amigos y familiares de la Orden, por el Gran Prior General de España SMOTH-MIT:


Estimados +Hermanos en Xtº, familiares y amigos del Temple:

Hoy hemos cumplido con La Regla, invistiendo en la Encomienda Templaria de Beade mediante los ancestrales ritos de nuestra Ceremonia Privada, de la misma forma y manera que se lleva haciendo desde siglos, e iniciado en las labores del Temple a los nuevos +Hermanos tal y como está ordenado que hagamos con quien llama a nuestra puerta. Ahora, una vez realizada nuestra satisfactoria obligación para con la Orden, cumplimos también con nuestra Santa Madre Iglesia Católica, única bajo la cual buscamos consuelo y refugio los Milites Templi, cuya cabeza es la única que desde nuestra fundación hemos obedecido, de tal manera que cuando optó, por las presiones del ambicioso monarca francés, exigir a nuestros +Hermanos Mayores el supremo sacrificio de entregar la Orden y su vida por el bien de la Iglesia, éstos, verdaderos mártires a los que aún se les debe la consideración por su entrega, no dudaron ni un solo momento en entregar sus armas a las huestes de las distintas monarquías, unas, que, como la francesa lo hicieron motivadas por la ambición e ingratitud de sus monarcas, y otras, desconcertadas, tan solo por obediencia al Papa de Avignon.

En estos momentos, en los que se nos exige cautela, precaución y avanzar paso a paso y humildemente, tal y como siempre ha hecho la Orden, obedecemos a Su Santidad y nos mantenemos silenciosos a la espera de su abrazo y reconocimiento.

Vosotros direis, ¿Qué nos quiere decir este +Hermano, este +Prior cuando se sube ahí y se dirige a nosotros contándonos lo que ya sabemos?
¿Lo sabeis?¿Seguro que lo sabeis? ¿Sabeis que por un lado está la lealtad a la Orden y por otro la obediencia al Papa de la Iglesia católica? ¿Seguro?

Si mañana se cumpliera la amenaza de excomunión que pesa sobre nosotros como una losa desde tiempos de Clemente V y os dieran a elegir, ¿Cuántos de vosotros, al igual que nuestros +Hermanos Mayores, entregarían la espada obedeciendo al Papa? ¿Y cuantos de vosotros, una vez obedecido el Santo Padre, dejarían de ponerse el Blanco Manto para siempre?

Si asi lo hicieramos, estariamos traicionando por partida doble. Por un lado a la Iglesia, a Su Santidad, que forzado por las circuntancias se vió obligado a ordenar la disolución de la Orden, y por otro al Orden misma, ya desde el año 2002 se sabe, se declaró la inocencia de los +Hermanos dejando abierta la puerta para que otro Papa nos volviera a unir.

Si los Caballeros no hubieran pensado y actuado en consecuencia con el compromiso que aceptaron, al igual que vosotros hoy, para con la Orden, no estaríamos aquí, porque si bien se obedeció la Orden de Su Santidad Clemente V, se prefirió la muerte en la hoguera antes de traicionar a la Orden, de renunciar a ella.

Ellos nos enseñaron el camino a seguir, a como obedeciendo al Papa, a la cabeza de la Iglesia, se podía permanecer fiel al juramento realizado para con la Orden, aun a costa de la vida, si, pensarlo bien, aun a costa de la vida.

Hoy habéis dado un importante paso para vosotros, que entrasteis profanos y salís como miembros de la Blanca Milicia de Cristo, importante también para la Orden, que confiando en vosotros os abre sus puertas, e importante en los tiempos que corren para la Iglesia, una Iglesia que se ve amenazada y atacada por muchos frentes, algunos muy cercanos a nosotros, y que nosotros tenemos como misión defender.

Una misión ingrata, sin reconocimiento alguno más que el de quien para nosotros es todo, Nuestro Señor, por quien avanzamos sin dudar en defensa de su Santa Iglesia., pero ingrata labor digo, entre los hombres, porque no debemos esperar que nuestra Iglesia nos premie de alguna manera pública, ni tan siquiera con el reconocimiento esperado durante tantos años, no a manera individual sino colectiva. Por eso la tarea es ingrata, dura para el Pobre Caballero de Cristo que defiende sin pedir nada a cambio, sin arrastrarnos a eso que algunos se creen con derecho a exigir a la Iglesia, la reparación del honor de los +Hermanos Mayores. ¿Reparación del honor? ¿Murieron deshonrados? ¿Muere deshonrado aquel que ofrece como máximo sacrificio la vida que Él le dió por obediencia a su representante en la tierra y por cumplir con su juramento? No, +Hermanos, no. No debemos pedir restauraciones de ningún tipo, ni esperarlas, no debemos exigir a la Iglesia nada, ni esperarlo, porque ya estamos aquí, porque nunca hemos dejado de estar, nunca hemos dejado de existir y siempre hemos estado, de manera silenciosa, sin exigencias, al servicio de quien representa a Nuestro Señor, porque eso es lo que juramos, ese es nuestro lema, NON NOBIS DOMINE; NON NOBIS; SED NOMINI TUO DA GLORIAM. No para nosotros, Señor, no para nosotros, para Tu nombre toda la Gloria.

Eso es lo que esperamos hoy de vosotros, nuevos +Hermanos en la Blanca Milicia, fidelidad y lealtad, a la Iglesia y a través de ella a la Orden.

Que en este duro camino, nuestra querida Santa María Magdalena y el fiel evangelista, San Juan, os conduzcan por la senda que cuando termine, a los pies de Nuestro Padre, nos haga decirle con la mirada limpia, Señor, soy un Pobre Soldado de Cristo, un servidor de vuestra Blanca Milicia, y aquí me teneis postrado a vuestros pies con el deber cumplido.

+Hermanos, desde el recuerdo a tantos otros +hermanos que nos precedieron,
por Nuestra Señora, NON NOBIS