La necrópolis de la basílica paleocristiana de Marialba de la Ribera es del siglo V, según las investigaciones que están llevándose a cabo en este yacimiento tardorromano, a cargo de la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León.
Los restos arqueológicos de la basílica están ubicados en el término municipal de Villaturiel (León) y habían sido excavados y estudiados en parte a mediados del siglo XX, por un equipo alemán, aunque quedaron luego en el abandono y semienterrados, pese a ser un monumento clave de la Hispania cristiana.
Este año, la Fundación del Patrimonio encargó a la empresa Talactor la excavación arqueológica de esta basílica sobre una superficie de 2.300 metros cuadrados, labor en la que opera un equipo de especialistas en historia, arqueología y epigrafía, una tarea que aún perdura, y cuyo presupuesto se ha ampliado para consolidar algunas estructuras.
Según han informado a EFE fuentes de la Fundación que dirige las obras, el origen de la necrópolis se sitúa en el siglo V, aunque tiene más representación desde el siglo VI, momento del que se han detectado varias inhumaciones en la nueva excavación y otra más, ya excavada anteriormente, con algún material arqueológico de época visigoda.
El final de la necrópolis se podría fijar en torno a los siglos XII-XIII, cuando el complejo religioso ya se encontraba arruinado, por lo menos en algunos de sus puntos, como el baptisterio, cuyos materiales de construcción fueron empleados para delimitar algunas tumbas.
La excavación de la Fundación del Patrimonio Histórico ha dado con indicios que plantean que el complejo era mayor de lo que se pensaba en origen a raíz de la aparición de nuevos restos de pavimentos de mortero de cal en puntos al exterior del edificio principal.
Así, hay suelos de cal idénticos a los hallados en baptisterio y nave, en ambos costados del templo. Algo similar ocurre a los pies y por el exterior del nártex donde se constatan nuevos hallazgos de suelos, de ámbitos que pudieron ser arrasados en época medieval, al igual que el baptisterio.
Los trabajos de excavación en la basílica de Marialba han revelado que los recubrimientos de las paredes de la estructura, revocos y enlucidos originales de la misma, y pavimentos, se encuentran en un frágil estado de conservación que obliga a plantear acciones de protección y consolidación así como para detener o controlar los procesos mecánicos y biológicos de destrucción de estos elementos.
Por ello, al tratarse de los recubrimientos originales del edificio con un estado de conservación deficiente, la Fundación ha destinado un presupuesto complementario de 23.000 euros para abordar tratamientos de consolidación y protección, rejuntados, limpiezas mecánicas, eliminación de vegetación, sujeción de coronaciones o de elementos sueltos principalmente en el interior del templo, nave y cabecera, así como en el baptisterio.
@EFE
Los restos arqueológicos de la basílica están ubicados en el término municipal de Villaturiel (León) y habían sido excavados y estudiados en parte a mediados del siglo XX, por un equipo alemán, aunque quedaron luego en el abandono y semienterrados, pese a ser un monumento clave de la Hispania cristiana.
Este año, la Fundación del Patrimonio encargó a la empresa Talactor la excavación arqueológica de esta basílica sobre una superficie de 2.300 metros cuadrados, labor en la que opera un equipo de especialistas en historia, arqueología y epigrafía, una tarea que aún perdura, y cuyo presupuesto se ha ampliado para consolidar algunas estructuras.
Según han informado a EFE fuentes de la Fundación que dirige las obras, el origen de la necrópolis se sitúa en el siglo V, aunque tiene más representación desde el siglo VI, momento del que se han detectado varias inhumaciones en la nueva excavación y otra más, ya excavada anteriormente, con algún material arqueológico de época visigoda.
El final de la necrópolis se podría fijar en torno a los siglos XII-XIII, cuando el complejo religioso ya se encontraba arruinado, por lo menos en algunos de sus puntos, como el baptisterio, cuyos materiales de construcción fueron empleados para delimitar algunas tumbas.
La excavación de la Fundación del Patrimonio Histórico ha dado con indicios que plantean que el complejo era mayor de lo que se pensaba en origen a raíz de la aparición de nuevos restos de pavimentos de mortero de cal en puntos al exterior del edificio principal.
Así, hay suelos de cal idénticos a los hallados en baptisterio y nave, en ambos costados del templo. Algo similar ocurre a los pies y por el exterior del nártex donde se constatan nuevos hallazgos de suelos, de ámbitos que pudieron ser arrasados en época medieval, al igual que el baptisterio.
Los trabajos de excavación en la basílica de Marialba han revelado que los recubrimientos de las paredes de la estructura, revocos y enlucidos originales de la misma, y pavimentos, se encuentran en un frágil estado de conservación que obliga a plantear acciones de protección y consolidación así como para detener o controlar los procesos mecánicos y biológicos de destrucción de estos elementos.
Por ello, al tratarse de los recubrimientos originales del edificio con un estado de conservación deficiente, la Fundación ha destinado un presupuesto complementario de 23.000 euros para abordar tratamientos de consolidación y protección, rejuntados, limpiezas mecánicas, eliminación de vegetación, sujeción de coronaciones o de elementos sueltos principalmente en el interior del templo, nave y cabecera, así como en el baptisterio.
@EFE