Ciudad del Vaticano, 13 oct (EFE).- Con motivo del Año de la Astronomía y honrar la memoria de Galileo, el Vaticano presentó hoy la exposición "Astrum 2009", que muestra 130 objetos, entre ellos el manuscrito "Sidereus Nuncius", del famoso astrónomo condenado por la Inquisición, y una copia del primer telescopio que usó.
"Astrum 2009. Astronomía e instrumentos. El patrimonio histórico italiano 400 años después de Galileo", abrirá sus puertas el próximo día 16 en los Museos Vaticanos, donde permanecerá hasta el 16 de enero de 2010 e incluye libros, archivos e instrumentos procedentes de la Specola Vaticana, de los Museos Vaticanos y del Instituto Nacional Italiano de Astrofísica (INAF).
Tommaso Maccacaro, presidente del INAF -que engloba a los 13 observatorio astronómicos italianos- afirmó durante la presentación que la muestra en única en su género, ya que se abre con una sección dedicada a los instrumentos existentes antes de que Galileo comenzase a observar la luna, "cuando todas las observaciones -dijo- se hacían sólo mirando, hasta llegar a complejos e imponentes aparatos de hoy día".
Maccacaro añadió que los objetos que se exponen muestran la importancia que la astronomía ha tenido en el progreso del hombre "y nos hacen comprender que la tierra y el hombre no ocupan una posición o un papel privilegiado en el universo".
"Son las observaciones de Galileo en 1609 las que validaron el modelo copernicano y la consiguiente revolución en la concepción del mundo", precisó, en referencia a la teoría de Copérnico, que sostenía que era el Sol, y no la Tierra, el centro del Universo en contra de lo que se pensaba en su época.
La exposición está dividida en siete secciones, los instrumentos de la astronomía antes del telescopio, los telescopios de Galileo, la óptica italiana del siglo XVII, los primeros observatorios italianos, astronomía y cartografía celestial, el nacimiento de las astrofísica y "no solo astronomía".
Durante el recorrido se pueden ver mapas, modelos de sistemas de Tolomeo y Copérmico, manuscritos, cuadros, fotografías, códices, libres y estatuas.
Destaca el manuscrito "Sidereus Nuncius", de Galileo, conservado en la Biblioteca Nacional Central de Florencia, escrito por el astrónomo en 1610 y en el que expuso las primeras sensaciones descubiertas con el telescopio, así como el libro "De revolutionibus orbium celestium", de Copérnico (1473-1543).
También destaca una réplica del primer telescopio usado por Galileo. El original se encuentre en Florencia y forma parte de otra exposición sobre el astrónomo pisano en el 400 aniversario de los primeros descubrimientos astronómicos.
Asimismo, se exponen relojes astronómicos de 1725, un telescopio ecuatorial de 1856, un péndulo cronógrafo de 1860, un telescopio de Joseph Fraunhofer, de 1822, así como un globo celestial del III siglo después de Cristo y otro de Vincenzo María Coronelli, de 1696.
El arzobispo Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, resaltó durante la presentación la figura de Galileo y dijo que en el Vaticano "hay de nuevo interés" por el astrónomo, debido en parte a la nueva documentación hallada, que permiten analizarlo con objetividad y serenidad.
Ravasi dijo ya los pasados meses que el Vaticano considera que tras la rehabilitación de Galileo Galilei por Juan Pablo II en 1992 los tiempos "están maduros" para una nueva revisión de su figura, "a quien la Iglesia desea honrar".
"Hay que mirar al futuro", agregó el prelado, que relanzó el diálogo entre fe y ciencia, entre fe y razón, afirmando que "no es posible que puedan caminar separados, sin tener en cuenta el uno al otro".
Galileo Galilei fue condenado por la Inquisición por haberse adherido a la teoría de Copérnico, que sostenía que era el Sol, y no la Tierra, el centro del Universo en contra de lo que se pensaba en su época.
El juicio, desarrollado a partir de las denuncias del dominico Tommaso Caccini, en 1616, concluyó el 22 de junio de 1633, cuando fue obligado a abjurar de sus conocimientos.
El 31 de octubre de 1992, a los 350 años de su muerte, Juan Pablo II lo rehabilitó solemnemente y criticó los errores de los teólogos de la época que dieron pié a tal condena, sin descalificar expresamente al tribunal que lo sentenció.
En un discurso de 13 páginas, leído en la Sala Regia del Palacio Apostólico, el Papa Wojtyla le calificó de "físico genial" y "creyente sincero", "que se mostró más perspicaz en la interpretación de la Escritura que sus adversarios teólogos".
"Astrum 2009. Astronomía e instrumentos. El patrimonio histórico italiano 400 años después de Galileo", abrirá sus puertas el próximo día 16 en los Museos Vaticanos, donde permanecerá hasta el 16 de enero de 2010 e incluye libros, archivos e instrumentos procedentes de la Specola Vaticana, de los Museos Vaticanos y del Instituto Nacional Italiano de Astrofísica (INAF).
Tommaso Maccacaro, presidente del INAF -que engloba a los 13 observatorio astronómicos italianos- afirmó durante la presentación que la muestra en única en su género, ya que se abre con una sección dedicada a los instrumentos existentes antes de que Galileo comenzase a observar la luna, "cuando todas las observaciones -dijo- se hacían sólo mirando, hasta llegar a complejos e imponentes aparatos de hoy día".
Maccacaro añadió que los objetos que se exponen muestran la importancia que la astronomía ha tenido en el progreso del hombre "y nos hacen comprender que la tierra y el hombre no ocupan una posición o un papel privilegiado en el universo".
"Son las observaciones de Galileo en 1609 las que validaron el modelo copernicano y la consiguiente revolución en la concepción del mundo", precisó, en referencia a la teoría de Copérnico, que sostenía que era el Sol, y no la Tierra, el centro del Universo en contra de lo que se pensaba en su época.
La exposición está dividida en siete secciones, los instrumentos de la astronomía antes del telescopio, los telescopios de Galileo, la óptica italiana del siglo XVII, los primeros observatorios italianos, astronomía y cartografía celestial, el nacimiento de las astrofísica y "no solo astronomía".
Durante el recorrido se pueden ver mapas, modelos de sistemas de Tolomeo y Copérmico, manuscritos, cuadros, fotografías, códices, libres y estatuas.
Destaca el manuscrito "Sidereus Nuncius", de Galileo, conservado en la Biblioteca Nacional Central de Florencia, escrito por el astrónomo en 1610 y en el que expuso las primeras sensaciones descubiertas con el telescopio, así como el libro "De revolutionibus orbium celestium", de Copérnico (1473-1543).
También destaca una réplica del primer telescopio usado por Galileo. El original se encuentre en Florencia y forma parte de otra exposición sobre el astrónomo pisano en el 400 aniversario de los primeros descubrimientos astronómicos.
Asimismo, se exponen relojes astronómicos de 1725, un telescopio ecuatorial de 1856, un péndulo cronógrafo de 1860, un telescopio de Joseph Fraunhofer, de 1822, así como un globo celestial del III siglo después de Cristo y otro de Vincenzo María Coronelli, de 1696.
El arzobispo Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, resaltó durante la presentación la figura de Galileo y dijo que en el Vaticano "hay de nuevo interés" por el astrónomo, debido en parte a la nueva documentación hallada, que permiten analizarlo con objetividad y serenidad.
Ravasi dijo ya los pasados meses que el Vaticano considera que tras la rehabilitación de Galileo Galilei por Juan Pablo II en 1992 los tiempos "están maduros" para una nueva revisión de su figura, "a quien la Iglesia desea honrar".
"Hay que mirar al futuro", agregó el prelado, que relanzó el diálogo entre fe y ciencia, entre fe y razón, afirmando que "no es posible que puedan caminar separados, sin tener en cuenta el uno al otro".
Galileo Galilei fue condenado por la Inquisición por haberse adherido a la teoría de Copérnico, que sostenía que era el Sol, y no la Tierra, el centro del Universo en contra de lo que se pensaba en su época.
El juicio, desarrollado a partir de las denuncias del dominico Tommaso Caccini, en 1616, concluyó el 22 de junio de 1633, cuando fue obligado a abjurar de sus conocimientos.
El 31 de octubre de 1992, a los 350 años de su muerte, Juan Pablo II lo rehabilitó solemnemente y criticó los errores de los teólogos de la época que dieron pié a tal condena, sin descalificar expresamente al tribunal que lo sentenció.
En un discurso de 13 páginas, leído en la Sala Regia del Palacio Apostólico, el Papa Wojtyla le calificó de "físico genial" y "creyente sincero", "que se mostró más perspicaz en la interpretación de la Escritura que sus adversarios teólogos".