Las Fiestas de la Vera Cruz ofrecen durante los próximos cinco días un repleto programa de actividades. Caravaca ya huele a fiesta, moros, cristianos y caballistas están dispuestos a vivir unas jornadas de contagiosa alegría en la que vecinos y visitantes podrán disfrutar recreando una historia llena de rituales en la que los Caballos del Vino tendrán un papel predominante, tanto la tarde del domingo como el lunes, cuando se revivirá la gesta de los caballeros templarios portando vino hacia el castillo. Los caballistas madrugarán para preparar sus caballos mientras el cielo temblará con la Alborada de Campanas que anuncian el día grande ha llegado. El primer punto de referencia será el Templete, donde se dirigirán las peñas caballistas, los grupos cristianos y las kábilas moras, para participar en la Misa de Aparición que tiene lugar sobre las 9 de la mañana. Desde allí, atravesando el casco antiguo, los Caballos del Vino llegarán a la plaza del Arco y volverán a congregarse en el Templete, mientras que moros y cristianos se dirigen hacia el castillo, donde sobre las dos de la tarde se iniciará la Carrera, junto a las murallas del alcázar. Es el momento más esperado y, sin duda, el más peligroso. Vecinos y visitantes llenarán el último tramo de la Cuesta formando parte de una multitud que debe dejar paso a los caballos lujosamente engalanados que corren junto a los cuatro mozos que no podrán soltarse hasta que no atraviesen la línea de llegada junto a la puerta de entrada al recinto amurallado. Es importante estar alerta y atender las indicaciones que se hacen desde la megafonía de la organización.