Ya sabemos que esos narcotraficantes son peligrosos. Sabemos que al utilizar de esa manera tan indigna nuestra denominación de "Caballeros Templarios" pueden provocar que otra banda de narcos nos confundan con ellos y se líen a tiros con nosotros, pero Molinari no solo ha dejado de realizar eventos en ese estado y los limítrofes, ahora va más allá en su miedo y quiere cambiar de nombre, ha dejado de utilizar lo de "Caballeros Templarios" para denominarse oficialmente "Caballeros del templo de Salomón", y embutido en su terror personal no duda en anunciar que "A título administrativo incluso estamos analizando hacer nueva acta constitutiva".
Afortunadamente no es Molinari el único representante de la Orden en México, pues lo único que hace es doblegarse al terror de los narcos y abandonar el nombre que nos pertenece desde hace siglos dejándolo en las asesinas manos de esos delincuentes con los que nada tenemos que ver.
¿Que hubiera pasado si Molianri hubiera vivido en los tiempos en que la monarquía francesa de Felipe IV y el Papa Clemente V persiguieron a la Orden? ¿De que hubiera sido capaz Molinari vencido por su miedo y pánico?
La única manera de dejar claro que no tenemos nada que ver con los delicuentes que han usurpado nuestro nombre no es dejar de utilizarlo, sino explicar por todos los lados que no son ni Templarios ni Caballeros, que nada tienen que ver con nosotros, y continuar utilizando tanto nuestros nombres como nuestros símbolos, sin rendirnos ante el crimen, sin claudicar ante los usurpadores.
En una cosa tenía razón Molinari, y era cuando decía que "nuestras obras hablarán por nosotros", y hoy, tristemente, las obras de Molinari hablan por él, y dicen que la cobardía y el miedo es libre, pero no son compatibles con quien orgullosamente se dice Prior de una rama de la Orden del Temple.
Molinari, solo fachada; en el fondo, miedo indigno del cargo del que presume.
Vean ahora el artículo y la entrevista:
Fuente: Andrea Sosa Cabrios (dpa)
26/04/2011 Ciudad de México, (dpa) - La orden de los Caballeros Templarios, que nació en las cruzadas de la Edad Media, ha tenido que cambiar de nombre en México por la aparición de un grupo del crimen organizado que le ha usurpado la identidad.
"Es un momento difícil. Si nosotros nos metemos en estas zonas donde están operando estos grupos delictivos que se dicen 'Caballeros Templarios' y salimos diciendo que somos templarios, nos van a meter siete tiros", dijo su prior, el argentino Roberto Ángel Molinari, en entrevista con la agencia dpa.
El nuevo nombre oficial es Caballeros del Templo de Salomón. "A título administrativo incluso estamos analizando hacer nueva acta constitutiva", afirmó el máximo representante de la orden en México.
A diferencia de esta organización, dedicada a labores sociales e integrante de una red internacional, los nuevos Caballeros Templarios libran en México una cruzada del horror.
El grupo surgió en marzo como escisión o heredero del cártel de La Familia Michoacana y está embarcado en una peculiar guerra moderna contra los "infieles".
Su misión, sostiene, es defender a los débiles de los asesinos, secuestradores y extorsionadores, además de evitar la entrada de grupos rivales al estado de Michoacán, hasta ahora su única área conocida de operaciones. Y lo hace matando.
Una semana después de su surgimiento, anunciado el 10 de marzo, ocurrieron sus primeros asesinatos en Michoacán, unos 400 kilómetros al oeste de Ciudad de México.
Dos hombres aparecieron colgando de puentes con sogas al cuello y con su sentencia escrita en letras negras y rojas sobre una cartulina blanca: "Lo matamos por bandido y secuestrador. Atentamente Los Caballeros Templarios".
De manera oficial, se estableció por primera vez su nexo con La Familia el 20 de abril cuando la Secretaría de Seguridad Pública anunció la captura de diez personas "vinculadas a La Familia/Los Caballeros Templarios".
Aunque no se han dado más datos sobre la relación, en el lenguaje de los "templarios" hay elementos en común con La Familia, un cártel con ideología seudo religiosa que nació en 2006 y que se autodisolvió en enero, tras la muerte de su líder y guía espiritual, Nazario Moreno González.
El capo murió en diciembre en un operativo militar, pero nunca se encontró el cuerpo. Según el gobierno mexicano, se lo llevaron sus secuaces.
Moreno González, conocido como "El Chayo" o "El Más Loco", recurría a pensamientos cristianos para adoctrinar a sus seguidores.
La Familia es un grupo que tiene "tintes no solamente religiosos, sino mesiánicos", dijo a dpa la investigadora Rossana Reguillo, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente.
Para Reguillo, "el componente de la creencia, de religión, de cruzada -es una especie de guerra santa la que tienen instaurada- está muy presente en la lógica de su discurso y de sus acciones".
Según un informe de la consultora estadounidense Stratfor publicado la semana pasada, aún es pronto para establecer cómo está conformado el nuevo grupo y quiénes son sus aliados.
"Todavía no está claro quiénes son los líderes de Los Caballeros Templarios, cuántos son en el nuevo grupo, qué tipo de relación tienen con sus hermanos de LFM (La Familia) y qué relación tiene cada grupo, si es que la tiene, con la Federación de Sinaloa", señaló.
Cuando se dieron a conocer, anunciaron que asumían las labores que antes realizaba La Familia.
"Nuestro compromiso es salvaguardar el orden, evitar robos, secuestros, extorsiones, blindar el estado de posibles instrucciones (sic) de organizaciones rivales", dijeron entonces los "templarios".
Stratfor señaló en su informe que Moreno estaba rodeado por "un cuadro de lugartenientes ferozmente leal" y apegado a sus enseñanzas, del que saldrá el líder de Los Caballeros Templarios.
Como candidatos más firmes menciona a José de Jesús Méndez Vargas y a Servando Gómez Martínez, alias "La Tuta", los jefes de mayor jerarquía en La Familia, por los que México ofrece recompensas desde 2009.
Las autoridades confiscaron hace unas semanas camisetas, gorras y otros objetos de los nuevos Caballeros Templarios, en los que usaban símbolos propios de la orden militar de la Edad Media, como la cruz roja templaria.
"Nosotros hemos vedado la actividad de la orden como tal en Michoacán y todos los estados aledaños", dijo el prior de la asociación original. "El narcotráfico en México está absolutamente descontrolado, no miden consecuencias. Y nosotros eso lo tenemos que tomar con absoluta seriedad".