Foto: Archivo Este no es un relato de una comedio softporno de la serie B, protagonizada por Megan Fox y Britney Spear, es un curioso hecho histórico.
Durante los 11 años de la guerra de Independencia de México se dió un “enfrentamiento” entre la virgen de Guadalupe y la de los Remedios. La primera abanderada de los insurgentes y la segunda de los realistas. Las dos eran mexicanas, es decir, se habían aparecido aquí; eran contemporáneas, ambas datan del siglo XVI eran acarreadas, porque fueron llevadas a la fuerza para actos políticos. La única gran diferencia era que cada virgen combatía en un bando diferente, como de tenelovela de Juan Osorio.
El papel que jugo la virgen de Guadalupe para la causa insurgente fue de gran importancia: era su bandera; Morelos la llamó “patrona de nuestra libertad”; incluso uno de los principales jefes insurgentes, Miguel Fernández Feliz, hasta cambió su nombre y se rebautizó como Guadalupe Victoria, el primer nombre fue la virgen del Tepeyac, y el segundo porque se había alcanzado el triunfo, aunque dicen las malas lenguas que se lo puso porque también era nombre de mujer. Guadalupe Victoria fue el primer presidente de México, y desde simpre ha motivado la confusión de que México fue el primer país del mundo donde una mujer llego a la presidencia: de hecho, a las feministas mexicanas no se les debe aclarar este error o te sacan un articulo infamante en una de sus revistas, o peor aun, te hacen un documental.
Los realistas obtuvieron a la Señora del Tepeyac un rival de su calibre y sacaron a la milagrosa veterana de la guerra de Conquista de México: la virgen de los Remedios. La imagen de ésta se les apareció a los españoles que huían de Tenochtitlán, despues de la Noche Triste, y los ayudó combatir a los aztecas; por este milagro, el virrey Francisco Xavier Venegas le otorgo a la virgen de los Remedios el grado de General y la invistió con los blasones correspondientes a tal rango. Con estos distintivos y un par de bigotes con patilla, tres siglos mas tarde, salio en procesión por la Ciudad de México, mostrando que estaba lista para combatir y acabar con la guadalupana.
Era la lucha entre dos imágenes. Era la guerra entre una morena mestiza y una guerrera de origen español. Y casi cualquier mexicano ha vivido alguna vez esta feroz y sanguinaria confrontación, sobre todo cuando una te cacha saliendo con otra.
Al final gano la virgen del Tepeyac, pero de haberlo hecho el bando realista es muy probable que el culto guadalupano hubiera caído en desuso, como le paso al de la virgen de los Remedios.
Por cierto, cuando un bando tomaba la imagen de la virgen de otro bando; la enjuiciaban, la acusaban de traición y la fusilaban.
Agustín de Iturbide, como emperador, creó la Orden de Guadalupe, que es la única orden de caballería mexicana, al estilo de los caballeros medievales. Esa orden fue reconocida oficialmente por el Papa. Lo más sorprendente es que esta fue la única orden que Agustín pudo dar en los pocos meses que duro su imperio mexicano y ese le añadió mas grados, màs medallas y mas listoncitos de colores. En la actualidad la Constitución mexicana prohíbe expresamente cualquier orden
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