El Patriarca de Antioquía de los Greco-Melquitas, Gregorios III Laham, advirtió en el Sínodo de Obispos para Oriente Medio de que, si los cristianos abandonan esa zona, cualquier ocasión es propicia para un "choque destructivo entre el Oriente árabe musulmán y el Occidente cristiano".
Gregorios III Laham, arzobispo de Damasco y jefe de esa iglesia oriental en comunión con Roma, denunció en el sínodo, que se celebra en el Vaticano, que la presencia cristiana en el mundo árabe está amenazada por las guerras que se abaten sobre esta región cuna del cristianismo.
La causa principal, según el patriarca, es el conflicto israelí-palestino, que ha propiciado, precisó, los movimientos integristas, Hamás e Hizbulá.
También incluyó las discordias internas, el lento desarrollo y la pérdida de esperanza entre los jóvenes, que representan el 60% de la población de los países árabes, y, sobre todo, la emigración.
La emigración de cristianos, según Gregorios III Laham, puede propiciar una sociedad árabe monocolor, "únicamente musulmana, frente a una sociedad europea llamada cristiana".
"Si esto ocurriera y Oriente se vaciara de sus cristianos, ello significaría que cualquier ocasión será propicia para un nuevo choque de culturas, de civilizaciones e incluso de religiones, un choque destructivo entre el Oriente árabe musulmán y el Occidente cristiano", afirmó.
El patriarca agregó que el papel de los cristianos es crear una atmósfera de confianza entre Occidente y el mundo musulmán para trabajar por un nuevo Oriente Medio sin guerra.
Gregorios III hizo un llamamiento a los cristianos a que se queden en la tierra donde nació, vivió y murió Cristo y abogó por una separación entre Iglesia y Estado, entre identidad árabe, democracia, nación árabe o nación musulmana.
Asimismo aseguró que proponer al islam como única o principal fuente de legislación es un obstáculo para la igualdad de los ciudadanos ante la ley.
En esta tercera jornada de sínodo, que se prolongará hasta el 24 de octubre y al que asisten 185 obispos, también intervino el cardenal John Patrick Foley, gran maestre de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, quien manifestó que cuanto más tiempo pase más difícil será encontrar una paz duradera y solucionar el conflicto palestino-israelí.
Foley subrayó que la creación de asentamientos israelíes hace cada vez "más difícil" la construcción de un Estado palestino "factible e integral".
Todos los obispos que participaron en la jornada abogaron por la necesidad de que los cristianos, que apenas son el 1,6 por ciento de la población, se queden allí y subrayaron que están llamados a trabajar por la paz y la reconciliación.
A este respecto, el secretario general del comité para el diálogo Islam-Cristianismo, Harés Chebab, aseguró que el éxodo, que en las últimas décadas se ha cuadruplicado, no puede atribuirse a motivos económicos, ya que entonces -subrayó- toda la región se habría despoblado.
"Es evidente que la discriminación, la persecución en ciertos lugares, el miedo en otro, la falta de libertad y la desigualdad de derechos están en la base de ese movimiento", manifestó durante su intervención.
El Patriarca de Jerusalén de los Latinos, Fouad Twal, dijo que la comunidad cristiana de Tierra Santa, a la que llamó "Iglesia del calvario", sufre a causa de la violencia y la inestabilidad e instó a los cristianos de todo el mundo a visitarla y ayudarla para que no se convierta en un "museo al aire libre".
El obispo de Reikiavik, Pierre Burcher, indicó que el problema de la emigración sólo se solucionará cuando se resuelva el conflicto israelí-palestino y se mostró a favor de que Jerusalén sea una ciudad abierta, de las tres religiones monoteístas.
El ministro general de la Orden Franciscana de los Frailes Menores, el español José Rodríguez Carballo, propuso que se elabore un catecismo único para todos los católicos de Oriente Medio, repartidos en una docena de iglesias de rito oriental, y que se potencie con fuerza el diálogo ecuménico e interreligioso.
El arzobispo de Teherán de los caldeos, Ramzi Garmou, abogó para que las iglesias orientales no vivan en guetos.
Por primera vez en la historia de un Sínodo, participaron dos líderes religiosos musulmanes: Muhammad Al Sammak, consejero del mufti (máxima autoridad islámica) de Líbano, y el ayatolá iraní Seyed Mostafa Mohaghegh Ahmadabadi. EFE
@Juan Lara, (Ciudad del Vaticano) / (EFE).