Abadía y cuartel toman, por fin, caminos distintos
Una vez liberado el monasterio, toca buscar financiación
Un cuartel ‘plantado’ en medio, ha impedido la recuperación del Monasterio de San Benito. C. DOMÍNGUEZ
Casi siete años después del inicio de las negociaciones, el viejo cuartel de la Guardia Civil de Sahagún pasará finalmente a manos del Ayuntamiento una vez sufrague los 32.045 euros que el Ministerio del Interior pide a cambio del inmueble y el solar que ocupa.
La noticia no tendría mayor calado si bajo el destartalado inmueble no se encontrarse una joya en bruto, un yacimiento arqueológico de primer orden que, una vez puesto en valor, hará de Sahagún un referente europeo a nivel cultural. Nuevamente el pasado se hace futuro en la villa del Cea.
No obstante, el camino recorrido hasta la fecha es sólo una de las etapas de las que se compone este ‘viaje’, viaje en el que toca ahora buscar el apoyo económico suficiente (millones, como siempre pasa cuando se habla de patrimonio) para despertar las piedras dormidas del monasterio medieval más importante del país, el Cluny Hispano, la Abadía de San Benito de Sahagún.
Expertos de toda Europa avalan la importancia de este conjunto que requerirá, por un lado, la consolidación de las construcciones ya existentes (capilla y torre) y el ‘descubrimiento’ de las que hay bajo tierra y de las que se tiene constancia escrita desde 1934. En esa fecha, poco antes de que el Ayuntamiento de Sahagún cediese los terrenos a la Guardia Civil para levantar el cuartel, el arqueólogo Alejandro Ferrant, asesorado por el historiador Manuel Gómez Moreno, desarrollaron unas prospecciones arqueológicas en la zona que ocuparán los pies de la iglesia abacial y otras catas en el actual patio del acuartelamiento.
En estas últimas, se descubrieron pilares de la antigua iglesia y solería original que volvieron a enterrarse. Dicho testimonio fue recogido en diferentes documentos fotográficos que vienen a corroborar de manera indiscutible la presencia de restos arqueológicos de trascendental importancia. “Tenemos así una idea bastante fiable de lo que nos vamos a encontrar debajo del cuartel. Lo primero sería prospectar para concretar y confirmar esos hallazgos; después ir descubriendo el resto de estructuras en fases consecutivas, siempre y cuando se pueda garantizar su conservación”, comenta Javier Pérez Gil, doctor en Historia del Arte y profesor en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Valladolid. “Sabemos con certeza que debajo del patio del cuartel se encuentran los restos de la iglesia de la Abadía, sus pilares originales, la última solería. Debajo de éstos, y gracias a las catas realizadas en su día por Alejandro Ferrant, podríamos incluso ir más allá y rescatar todas las fases constructivas, la evolución de la planta de la iglesia. Es un yacimiento de valor garantizado con unas expectativas enormes y que se conserva prácticamente intacto desde la Desamortización. Estamos hablando de una de las obras más significativas de la arquitectura prerrománica y románica hispánica”.
@ (Menos del título que es nuestro), C. Domínguez (Sahagún)/LaCrónicadeLeón