El cementerio, con veintisiete esqueletos, está en el subsuelo de la sede de la junta administrativa
José Ángel Apellániz estudia uno de los esqueletos hallados en Ocio. :: VKS
Durante la Edad Media, en la zona se levantaba la ermita de Nuestra Señora de la Asunción.Los habitantes de Ocio, un pequeño pueblo alavés perteneciente al Ayuntamiento de Zambrana, están estos días inmersos en su pasado. En los bajos de la sede de su junta administrativa ha aparecido una pequeña necrópolis del siglo XVII que ha despertado «enorme interés entre los vecinos», explica el arqueólogo José Ángel Apellániz.
Él y su socio Miguel Angel Berjón, de la empresa VKS, realizaban una rutinaria cata cuando dieron con este inusual hallazgo. El edificio de la junta y su entorno están calificados por el Gobierno vasco como zonas de presunción arqueológica, dado que hay indicios de que estuvieron pobladas durante la Edad Media. Esto obliga a llamar a los arqueólogos antes de realizar cualquier tipo de obra. Y eso que hizo el pasado verano la presidenta del concejo, Beatriz Agüero, quien contrató a los expertos antes de reformar el piso bajo de la casa social y administrativa del pueblo.
Ni guerra ni epidemia
Enseguida aparecieron los primeros restos humanos. En total, se han hallado los esqueletos de 10 niños y 17 adultos. Se encuentran enterrados en «simples fosas excavadas en tierra y fueron inhumados sin ataúd o caja de madera», relata Apellániz. Además, las tumbas no siguen de manera estricta la disposición del rito cristiano, con el difunto mirando al Este.
Al principio, los arqueólogos sopesaron la posibilidad de que se tratase de un enterramiento medieval y que los finados hubiesen sucumbido a alguna epidemia o contienda bélica. Pronto estas tesis fueron desechadas. Junto a los esqueletos se han hallado restos cerámicos vidriados, una pipa de caolín (arcilla blanca) y botones de bronce que conducen a pensar que la necrópolis es menos antigua. Además, el hecho de que haya cuerpos de mujeres y niños descarta «a priori» batallas o guerras.
Apellániz y Berjón se inclinan por pensar que los enterramientos se realizaron entre mediados del siglo XVII y principios del XIX. Estiman que este camposanto se creó cuando la ermita de Nuestra Señora de la Asunción (citada en textos del siglo XVI) quedó en desuso. «Parece que la saturación del cementerio del interior de la parroquia de San Andrés en el siglo XVII llevó a habilitar este cementerio en el espacio sacro de la ermita, ya arruinada, y de la que apenas quedarían sus muros», explicó el arqueólogo.
Los trabajos de excavación se prolongarán durante todo este mes. Los esqueletos serán trasladados y depositados en el Museo de Arqueología Bibat.
@ROSA CANCHO, (VITORIA)/EL CORREO.COM