La zona de Pachacutec, es habitada por familias pobres, migrantes en busca de trabajo, muchos encandilados por las historias de las grandes ciudades. Su pobreza, su gran pobreza, es material. En ellos sigue viva la fe y la esperanza. Como dijera Juan Pablo II, tienen hambre de pan y de Dios.
Celebramos este día en el mismo lugar en el que viven Con ellos y su paisaje cotidiano.
Recorre los lugares donde se encuentra la gente pobre, anunciándoles que Dios los quiere más que a los fariseos. Renuncia a ocuparse de aquellos cuyas cosas van bien y se une a los que han perdido todo (Lc. 15,4-7). Son los enfermos y no los sanos, los pecadores y no los justos los que le necesitan (Mc. 2,17). Por eso va hacia ellos, los cura, les dice que Dios los ama hasta perdonarlos y hasta querer ser su rey. Así, con su propia vida, Jesús encarna una línea de fuerza importante del Antiguo Testamento, da rostro a Dios y lo revela.
Fr.+ Jorge Luis, Fr.+ Jorge Antonio, Fr.+ Cris, Sor.+ Rosa Luz, Sor.+ Janette, Sor.+ Doris y el Prior, Fr.++ Ramiro, estuvieron presentes durante todo el encuentro con los niños, los que recibieron regalos y un agasajo con música y payasos. Los 23 hermanos restantes del Priorato del Perú lamentaron no poder estar por ser día lunes y encontrarse en sus trabajos, ellos nos acompañaron con sus oraciones, dos de ellos (Fr.+ Jorge Reátegui y Fr.+ Augusto, desde la cama de una clínica, cada uno operado de emergencia).
Tan importante es esta opción de Jesús por los pobres, que hace de esta actitud suya el distintivo de su misión. A la pregunta por el valor de la esperanza en él, Jesús señala su acción entre ciegos, rengos, sordos y leprosos y el hecho de que los pobres están recibiendo la Buena Noticia (Mt 11,4).Los niños de Pachacutec agradecieron nuestra presencia con su alegría, cercanía y afecto. Nosotros nos comprometimos a continuar un camino que ya iniciamos juntos.
“Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños. (Mt 8, 1-5. 10. 12-14)
Crearemos en los próximos meses talleres para las madres de estos niños. Se capacitarán formando una pequeña empresa de tejidos y artesanías. Los niños recibirán permanentemente asistencia en educación, deportes, salud.
Los hermanos del Priorato del Perú estamos comprometidos en desarrollar este proyecto como nuestra primera acción en esta zona, que ha de ser una zona de fraternidad y cooperación templaria.Agradecemos a las señoras, que con desprendimiento, nos donaron los juguetes haciendo posible la sonrisa de 300 niños. A las madres de los niños que confiaron en nosotros y confían en el proyecto a realizar. A todos quienes nos ayudaron y estamos seguros continuarán ayudándonos.
Lo que tenemos es de los pobres y sólo lo que les damos se torna nuestro. San CamiloLos templarios del Priorato del Perú terminamos esta breve crónica con las palabras de San Francisco: Ya no necesito más: conozco a Cristo pobre y crucificado.
Fr.++ Ramiro
Prior
PARA REFLEXIONAR
"Deberíamos cerrar los parques, los jardines, las estaciones los bares los andenes, hasta las playas con su arena fina, en los meses de verano. Esto es: en los meses de junio, julio, agosto y parte de septiembre. Deberíamos vallar nuestras vacaciones, nuestros paseos y los preciosos juegos de los niños nuestros. Para que no irrumpan, rompan, cisquen, los niños de los otros. Para que no oigan las orejas rosadas de los niños frotados con jabón y esponja, la horrible y gran blasfemia de la voz, los gritos, los dientes, de los niños de los otros. Para que no lleguen sus piedras negras y brillantes (verdaderas piedras de quemar) a romper los mercedes, los jeeps, los pegazos diminutos con marcha hacia delante y hacia atrás, que hacen rodar nuestros niños. Deberíamos bordar un largo cinturón de guardias, de soldados, alrededor de nuestros parques, para que no vengan los niños de los otros a orinarse en la arena de oro, donde se hunden las manos de los niños verdaderos. Deberíamos inventar más leyes, órdenes, castigos, para guardar la inocencia, la sonrisa. Que allá queden, al otro lado de los guardias, de los letreros que prohíben tocar las flores y el agua, los sucios juegos sin juguetes, los orines, los dientes cariados: los niños de otros".
(Libro de juegos para los niños de los otros. Ana María Matute. Edit. Espasa. 2003, Madrid.)