Descubrimiento. Imagen de los vestigios aparecidos en la parte superior de la muralla musulmana, con la escalera a la izquierda. Gregorio Torres
ALEJANDRA GUILLÉN. MÁLAGA. La muralla medieval de Málaga es una de las construcciones megalómanas realizadas en el siglo XI durante el califato de los hammudíes, junto con la Alcazaba, que se levantó como fortificación defensiva frente a los ataques de otros pueblos. Diez siglos más tarde, un extenso lienzo amurallado, situado en la calle Arco de la Cabeza, junto a la casa hermandad de la cofradía de Las Penas, está recobrando el esplendor de antaño, gracias a una intensa labor de conservación y restauración de los restos emergentes de este monumento, llevados a cabo por la empresa especializada Quibla Restaura.
Pero estos trabajos de recuperación del extenso tramo amurallado (28 metros de largo por siete de alto), que corresponde a la zona intramuros del lienzo recuperado en la calle Carretería, se han encontrado con una importante sorpresa para la historia de la ciudad: el hallazgo de un conjunto de restos relacionados con una de las entradas a la ciudad en la Málaga musulmana, la Puerta de Antequera.
En la parte alta de este lienzo de muralla, sobre la que se ubicaba una especie de azotea de las viviendas actuales, los expertos de Quibla trabajaban en la retirada de la solería cuando localizaron una serie de materiales pertenecientes a una estructura antigua, explica el restaurador Joaquín Gallego. Inmediatamente, los arqueólogos de la empresa Arqueosur iniciaron una excavación en este tramo de la muralla medieval para sacar a la luz los vestigios defensivos de la Málaga musulmana.
Según apunta la arqueóloga municipal, Carmen Peral, esta intervención en la muralla del recinto medieval ha deparado novedades, bajo los enfoscados más recientes. La sorpresa apareció cuando en las tareas de limpieza descubrieron unos huecos que atravesaban la muralla desde la base hasta la azotea, lo que les llevó a consultar la cartografía histórica para ver si el hallazgo correspondía con la denominada Puerta de Antequera o un portillo aledaño adosado a una torre. "El plano más detallado de este sector se debe a Bernardo del Frosne (1733), en el que se observa que existía una puerta entre dos torres a la altura de Postigo de Arance, coincidiendo más o menos, con la situación de este paño de muralla", razona Peral.
Concretamente, los arqueólogos de Arqueosur localizaron dos vanos o puertas abiertas a la calle Arco de la Cabeza, una de las cuales se corresponde en alzado con un relleno distinto a los cajones de tapial que conforman la mayor parte del alzado. "Éstas se instalaron rompiendo parcialmente una estancia anterior, al parecer de una torre, de planta circular en su origen, y cuyas paredes albergan unos tramos de escalera en sillarejo atribuida al siglo XI", observa la arqueóloga, quien agrega que "posiblemente" esa torre fue reestructurada adoptando una planta cuadrangular.
@Alejandra Guillen/La Opinión de Málaga