Teresa Portos se paga su debut en el cine con "Karama, el camino de vuelta a casa"
Teresa Portos (derecha), en el ensayo de una de las escenas.
¿Y si un día despertase y recordase momentos de otra vida enterior? Esto es lo que le sucede a la protagonista de "Karma, el camino de vuelta a casa", un largometraje en el que su directora y productora, la nigranesa Teresa Portos, ahonda en la creencia de la reencarnación a través de una historia que tiene como arranque la llegada a Galicia de un grupo de monjes templarios que consiguen escapar del juicio y ejecución de sus miembros en Francia.
Hacía varios años que Teresa Portos trabajaba en un libro inspirado en las experiencias espirituales que le habían relatado personas de distintos puntos del planeta, un texto que estaba orientado a sus alumnos de yoga del centro cultural de San Miguel de Oia de Vigo y que finalmente se quedó a medio camino, ya que esta joven nigranesa decidió un día sustituir la pluma por la cámara. Así surgió "Karma, el camino de vuelta a casa", una historia que aborda la reencarnación a través de la historia de una joven periodista que vive una experiencia mística y que interpreta una debutante Ana Chimeno. Más de cien personas han participado en esta cinta, que se ha rodado con un presupuesto de tan solo 8.000 euros, aportados por Prados, y cuyo rodaje ha durado tres años.
"Rodábamos según íbamos teniendo medios y llegamos a pensar que no la acabaríamos", reconoce esta directora y guionista novel. Como ella, y a excepción de los actores Gabriel Fernández y Julio Cela, el resto del elenco también debuta en el mundo del cine.
El punto de partida es la llegada a Galicia de un grupo de 36 monjes de la Orden del Templo que, huyendo de los juicios contra los templarios ordenados por Felipe IV de Francia, buscaron refugio en la isla de San Miguel de la Coellera, en la ría de Vivero. "Es una historia real, aunque muy poco conocida. El rey de Francia ordenó a don Bernardo de Quirós que acabara con esos monjes en plena noche, pero uno consiguió huir, llevando consigo una pequeña estatua de San Esteban", relata.
A partir de aquí, Prados introduce en la historia uno de los símbolos cristianos que más historias literarias y cinematográficas han inspirado: el Santo Grial, en cuya búsqueda se han afanado a lo largo de la historia papas y reyes. "En la película se supone que ese monje escondió un manuscrito que indica dónde está el Santo Grial dentro de la imagen", añade.
Pero, ¿qué tienen que ver los templarios y los nazis, que aparecen en otro momento de la cinta, con la protagonista? La respuesta hay que buscarla muchos siglos atrás, en el momento de la crucifixión de Jesucristo, en la que la periodista participó en una vida anterior.
¿Y cómo casa la reencarnación con Jesucristo? Prados, que profesa el budismo, lo explica así: "Todas las religiones tienen un mensaje común: el amor de Dios hay que buscarlo en el interior de cada uno. Otra cosa es lo que después han hecho sus instituciones. El Vaticano encierra muchos secretos que no nos cuenta".
En una historia que toca el mito del Santo Grial no podía faltar el Vaticano, hasta donde Prados viajó para grabar interiores para poder después montar las escenas que se desarrollan en las instalaciones de la ciudad papal. "El presupuesto no daba para desplazar hasta allí a los actores, así que viajé hasta Roma para grabar los interiores, sin permiso siquiera", reconoce.
El resto, se rodó en el interior del centro cultural de San Miguel de Oia, donde se preestrenará el próximo día 26, A Guarda, Nigrán y Baiona. En el trailer, que puede verse en www.karma.ea29.com, tampoco faltan las intrigas ni las secuencias de acción. Editorial I distribuirá la cinta junto con un libro sobre el karma, y Prados la ha presentado a los festivales de Sitges y Ourense.
"Entiendo que es una película para un público muy minoritario, de creencias budistas o con una mentalidad cristiana muy abierta, y que muchas personas no la entenderán", reconoce Prados.
@ÁGATHA DE SANTOS, (Vigo)/El Faro de Vigo.es