Como todos los años, los peregrinos que se dirigen por el Camí dels Reis, entre la carretera de Valldemossa y la de Establiments, al monasterio de San Bernardo, en el Secar de la Real, para celebrar la tradicional romería, entre los días 19 y 20 del presente mes de agosto, se encuentran al llegar a los Caballeros del Temple, que desde hace años custodian el monasterio colaborando con la seguridad del mismo y auxiliando al peregrino que les demanda ayuda.
Los cistercienses, que lo habitaron desde 1235, optaron por abandonarlo en año 1835, obligados por la desamortización de Mendizabal, siendo después, en 1897 vuelto a ser habitado, esta vez por los misioneros del Sagrado Corazón que lo mantienen en el perfecto estado en que está en la actualidad.