La propuesta que proponía prohibir seguir construyendo minaretes en las mezquitas en Suiza, fue aprobada ayer en referéndum, con gran apoyo popular, por el 57,7% de los votos y 26 de los 30 cantones de la confederación, que daban así su visto bueno a una medida no exenta de polémica, por parte entre otros, del Gobierno suizo, que dice encontrarse conmocionado por el apoyo del pueblo a esta iniciativa nacida en el seno del partido UCD, como forma de luchar contra la islamización del país.
De todos los cantones, sólo el de Ginebra, Vaud, Neuchatel y Basilea-Ciudad han rechazado hasta el momento la propuesta, que implicará una modificación del artículo 72 de la Constitución suiza que regula las relaciones entre el Estado y las diversas religiones.
El apoyo a esta medida, sorprendente en un país que alberga a más de 400.000 musulmanes y que tiene fuertes lazos con países islámicos, ha supuesto del mismo modo, un duro golpe para el Gobierno actual, que se mostraba contrario a esta prohibición, y cuya ministra de Exteriores, Micheline Calmy-Rey, se ha apresurado a expresar su temor al posible daño que hará esta medida a la imagen de Suiza e, incluso, a sus intereses económicos, pero que a su vez ha afirmado, que respetará la decisión de los suizos.
Para UCD en cambio, la prohibición de minaretes es una medida para mantener la paz entre los miembros de las diversas comunidades religiosas, ya que la construcción de estos elementos en las mezquitas, son un símbolo aparente de una reivindicación político-religiosa del poder, que cuestiona los derechos fundamentales.
De todos los cantones, sólo el de Ginebra, Vaud, Neuchatel y Basilea-Ciudad han rechazado hasta el momento la propuesta, que implicará una modificación del artículo 72 de la Constitución suiza que regula las relaciones entre el Estado y las diversas religiones.
El apoyo a esta medida, sorprendente en un país que alberga a más de 400.000 musulmanes y que tiene fuertes lazos con países islámicos, ha supuesto del mismo modo, un duro golpe para el Gobierno actual, que se mostraba contrario a esta prohibición, y cuya ministra de Exteriores, Micheline Calmy-Rey, se ha apresurado a expresar su temor al posible daño que hará esta medida a la imagen de Suiza e, incluso, a sus intereses económicos, pero que a su vez ha afirmado, que respetará la decisión de los suizos.
Para UCD en cambio, la prohibición de minaretes es una medida para mantener la paz entre los miembros de las diversas comunidades religiosas, ya que la construcción de estos elementos en las mezquitas, son un símbolo aparente de una reivindicación político-religiosa del poder, que cuestiona los derechos fundamentales.