¿Se imaginan dónde está custodiado el testamento de Felipe II? ¿Y las joyas o los tapices de la monarquía española? El Palacio Real de Madrid esconde tesoros de incalculable valor que nos pertenecen a todos los españoles. Se trata de lugares de acceso muy restringido, en los que nunca ha entrado una cámara de televisión. Sin embargo, un equipo de Informativos Tele5 ha conseguido abrir sus cajas fuertes.
En cuanto entramos en el Palacio más grande de Europa, las cámaras de seguridad nos localizan. Desde el control de seguridad se vigilan todos los ángulos de la residencia oficial de su Majestad El Rey, aunque no habite en ella sino en el Palacio de la Zarzuela.
Tras descender varios tramos de escalera accedemos a la cámara donde se guardan las Joyas de la Virgen de Atocha. Estas alhajas pertenecieron a Isabel II, que las mandó realizar para la imagen después de sobrevivir a un atentado. Su valor es incalculable ya que están recubiertas de brillantes y topacios del siglo XIX.
En la misma cámara también se guarda el testamento firmado de puño y letra por Felipe II en Madrid, el 6 de marzo de 1594. En el archivo general de Palacio se conservan 11 kilómetros de documentación, pero sólo piezas tan especiales como este testamento se guardan en una caja fuerte. Es el testamento original más antiguo que se conserva en los archivos de Patrimonio Nacional.
Los conservadores de Patrimonio Nacional nos conducen hasta el almacén de tapices, donde nos explican que las puertas son ignífugas, para que no exista ninguna posibilidad de que el fuego devore las 1200 piezas de valor incalculable que se alojan en su interior. Para hacernos una idea, nos cuentan que las aseguradoras tasan el metro cuadrado en 6000 euros. Éste tiene 16, así que costaría 96.000 euros sin tener en cuenta su valor histórico. Los tapices de la colección española del siglo XVI están recubiertos de hilo de oro.
En las profundidades del Palacio esconden otras joyas, ésta vez en papel. La Real Biblioteca alberga 4000 manuscritos, algunos tan preciados que están bajo llave, como el libro de Horas de Isabel La Católica. Fue el regalo de bodas de su marido, Fernando II de Aragón. Se trata de un ejemplar excepcional, una joya de la miniatura que está al alcance de todo gracias a la digitalización en alta resolución.
En cuanto entramos en el Palacio más grande de Europa, las cámaras de seguridad nos localizan. Desde el control de seguridad se vigilan todos los ángulos de la residencia oficial de su Majestad El Rey, aunque no habite en ella sino en el Palacio de la Zarzuela.
Tras descender varios tramos de escalera accedemos a la cámara donde se guardan las Joyas de la Virgen de Atocha. Estas alhajas pertenecieron a Isabel II, que las mandó realizar para la imagen después de sobrevivir a un atentado. Su valor es incalculable ya que están recubiertas de brillantes y topacios del siglo XIX.
En la misma cámara también se guarda el testamento firmado de puño y letra por Felipe II en Madrid, el 6 de marzo de 1594. En el archivo general de Palacio se conservan 11 kilómetros de documentación, pero sólo piezas tan especiales como este testamento se guardan en una caja fuerte. Es el testamento original más antiguo que se conserva en los archivos de Patrimonio Nacional.
Los conservadores de Patrimonio Nacional nos conducen hasta el almacén de tapices, donde nos explican que las puertas son ignífugas, para que no exista ninguna posibilidad de que el fuego devore las 1200 piezas de valor incalculable que se alojan en su interior. Para hacernos una idea, nos cuentan que las aseguradoras tasan el metro cuadrado en 6000 euros. Éste tiene 16, así que costaría 96.000 euros sin tener en cuenta su valor histórico. Los tapices de la colección española del siglo XVI están recubiertos de hilo de oro.
En las profundidades del Palacio esconden otras joyas, ésta vez en papel. La Real Biblioteca alberga 4000 manuscritos, algunos tan preciados que están bajo llave, como el libro de Horas de Isabel La Católica. Fue el regalo de bodas de su marido, Fernando II de Aragón. Se trata de un ejemplar excepcional, una joya de la miniatura que está al alcance de todo gracias a la digitalización en alta resolución.
@Informativos Telecinco/Esperanza Calvo