El sueño de la Biblioteca de Alejandría está más cerca de hacerse realidad, gracias a internet y a la cooperación de cientos de grandes bibliotecas del mundo, que han hecho aportaciones con sus fondos a un gran proyecto: la Biblioteca Digital Mundial (BDM).
El director general de la UNESCO, Koïchiro Matsuura, y el presidente de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, James H. Billington, fueron los encargados de presentar la Biblioteca Digital Mundial, en París. “Una biblioteca digital mundial fomentará el diálogo intercultural y el entendimiento internacional, al tiempo que incrementará el volumen de contenido de alta calidad disponibles gratuitamente en internet; unos documentos fundamentales, de un enorme atractivo en el plano humano que trasciende el ámbito de la política”, dijo Billington.
James Billington declaró a EFE: "Queremos ofrecer a todos los usuarios del mundo la posibilidad de consultar los documentos históricos más importantes de su propia cultura y la oportunidad de conocer los de todas las demás".
"Esto es sólo el principio. Esperamos que nuevas instituciones y países se unan al proyecto, contribuyendo con los documentos acerca de su historia y sobre su cultura (...). Así podremos hablar de una biblioteca digital realmente mundial", añadió este antiguo profesor de la Universidad de Harvard, que propuso su idea a la Unesco en 2005.
Por su parte, Abdelaziz Abid, coordinador de la sección de la UNESCO dedicada a este proyecto, destacó la "originalidad" de la Biblioteca Digital Mundial y su "alta calidad".
Abid resaltó los esfuerzos hechos en la selección de material -"no buscamos albergar el máximo de documentos, sino los mejores", dijo-, la alta resolución de las imágenes, de una "claridad inhabitual", así como las elaboradas presentaciones de los documentos disponibles.
El director general de la UNESCO, Koïchiro Matsuura, y el presidente de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, James H. Billington, fueron los encargados de presentar la Biblioteca Digital Mundial, en París. “Una biblioteca digital mundial fomentará el diálogo intercultural y el entendimiento internacional, al tiempo que incrementará el volumen de contenido de alta calidad disponibles gratuitamente en internet; unos documentos fundamentales, de un enorme atractivo en el plano humano que trasciende el ámbito de la política”, dijo Billington.
James Billington declaró a EFE: "Queremos ofrecer a todos los usuarios del mundo la posibilidad de consultar los documentos históricos más importantes de su propia cultura y la oportunidad de conocer los de todas las demás".
"Esto es sólo el principio. Esperamos que nuevas instituciones y países se unan al proyecto, contribuyendo con los documentos acerca de su historia y sobre su cultura (...). Así podremos hablar de una biblioteca digital realmente mundial", añadió este antiguo profesor de la Universidad de Harvard, que propuso su idea a la Unesco en 2005.
Por su parte, Abdelaziz Abid, coordinador de la sección de la UNESCO dedicada a este proyecto, destacó la "originalidad" de la Biblioteca Digital Mundial y su "alta calidad".
Abid resaltó los esfuerzos hechos en la selección de material -"no buscamos albergar el máximo de documentos, sino los mejores", dijo-, la alta resolución de las imágenes, de una "claridad inhabitual", así como las elaboradas presentaciones de los documentos disponibles.
La BDM nace con el objetivo de promover la comprensión entre países y culturas, aumentar y diversificar el contenido cultural de Internet, ayudar a superar la brecha digital entre países y proporcionar recursos a los educadores.
Más de un millar de documentos históricos procedentes de numerosos países del mundo pueden ser ya consultados en la web de la Biblioteca Digital Mundial (BDM). Este proyecto, respaldado por la agencia de Naciones Unidas, ha sido desarrollado por un equipo de la Biblioteca del Congreso Americano, con la ayuda técnica de la Biblioteca de Alejandría.
Por el momento, la Biblioteca apenas cuenta con un millar de artículos, pero de una enorme calidad e interés. Los temas se presentan clasificados según la región del mundo, el periodo histórico, la temática o el tipo de soporte (manuscrito, libro, revista, grabado, carta, vídeo, grabación sonora o fotografía). Para acceder a esta página, la dirección es www. wdl.org.
Mapas, fotografías, vídeos, manuscritos, libros y láminas que rastrean la historia de la Humanidad desde el año 8.000 antes de Cristo. Sin embargo, los fondos se irán alimentando constantemente gracias a la colaboración de instituciones de distintos países que se van añadiendo al proyecto.
Es el sueño de la perdida Biblioteca de Alejandría, una de las Maravillas del Mundo Antiguo que aspiraba a recoger el saber de la humanidad y que, sin embargo, fue reducida a cenizas por un incendio que acabó con aquella utopía. Internet es ahora, dos mil años después, el soporte que recoge el testigo de esa gran obra inconmensurable.
Obras procedentes de 32 instituciones de todo el mundo, que se han sumado al proyecto lanzado en 2005 por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y asumido por la UNESCO. Entre los países que han colaborado con este almacén del saber se encuentran bibliotecas nacionales, instituciones culturales y educativas de China, Francia, Rusia, Irak, Israel, Suecia, Uganda, Serbia, Egipto y Brasil.
En sus fondos se puede navegar en siete idiomas: inglés, árabe, chino, español, francés, portugués y ruso, aunque pronto se podrá hacer en otros idiomas que se irán incorporando y facilitará el acceso de cualquier habitante del planeta, con tan solo un clic del ratón, a documentos hasta ahora reservados a minorías académicas y elites científicas, como las reproducciones de las más antiguas caligrafías china, árabe o persa.
Se echa de menos en la BDM la participación de los estados castellano parlantes. Entre ellos, sólo ha colaborado México, aunque con una importante aportación gracias a cinco códices de los siglos XII al XVI.
Los códices Colombino, Huamantla, Chavero, Sigüenza y la Matrícula de Tributos, de origen prehispánico y colonial, son parte del acervo de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia de México, y para formar parte de la Biblioteca de la Unesco fueron digitalizados en formato de alta calidad junto con su descripción y características.
De entre los documentos, destaca el Colombino, elaborado en el siglo XII en piel de venado y considerado el único códice prehispánico que se encuentra en territorio mexicano.
El códice Huamantla data del siglo XVI y está compuesto por ocho fragmentos, seis de los cuales se encuentran en México y dos más en la Biblioteca Real de Berlín. El códice Chavero, procedente de Puebla, es del XVI y narra los tributos de los pueblos indios en la región. El códice histórico-cartográfico Sigüenza representa la peregrinación de los aztecas desde Aztlán, su lugar de origen, hasta el sitio donde se fundó Tenochtitlán, la actual Ciudad de México. Y por último, la Matrícula de Tributos es un documento elaborado entre 1521 y 1541 en dieciséis hojas de papel amate (corteza de árbol) que contienen la relación de los tributos de las provincias bajo el dominio azteca.
Entre los 1.250 documentos de la BDM se encuentran verdaderas joyas del patrimonio mundial, como la "Biblia del Diablo", manuscrito del siglo XIII, impresionante por su gran tamaño, o el "Hyakumanto Darani", uno de los primeros documentos en los que se utilizó la técnica de impresión, del año 764.
Otra sorpresa que puede encontrarse es una antigua filmación sobre una corrida de toros y una procesión de Semana Santa rodada por los hermanos Lumière en Sevilla, del año 1898.
Según han asegurado sus promotores, la BDM no pretende competir con otros proyectos similares. El proyecto ha sido financiado por diferentes fundaciones, gobiernos y sociedades privadas, entre las que se encuentran el buscador de internet "Google" y la empresa estadounidense "Microsoft".
@Agencia EFE