La Iglesia Católica encontró restos óseos del apóstol San Pablo, según ha informado el papa Benedicto XVI al cierre del año de recordatorio de este santo.
"En el sarcófago de piedra, que nunca antes había sido abierto, se descubrieron material y restos óseos humanos, con la ayuda de una sonda introducida por un pequeño orificio", dijo el Papa.
Hace tres años, la Iglesia había informado sobre el hallazgo de una tumba de mármol que supuestamente contenía los restos del apóstol. La misma se encuentra bajo la basílica de San Pablo Extramuros, en Roma.
Mediante pruebas de Carbono 14, pudo determinarse que los restos óseos datan del siglo I ó II después de Cristo. "De esta forma, parece que podemos establecer sin margen de dudas que realmente se trata de los restos del apóstol San Pablo", dijo Benedicto. "Este hallazgo nos conmueve profundamente", añadió.
Benedicto XVI, que dedicó este Año Paulino con motivo del 2000 aniversario del nacimiento de San Pablo, recordó los innumerables escritos de Pablo de Tarso, entre ellos las Cartas a los Romanos, en las que habla del hombre nuevo, tras lo que dijo que el mundo actual sigue necesitado de hombre nuevos, para lograr un mundo mejorado y mejor.
Los Hechos de los Apóstoles relatan que San Pablo fue detenido en el año 58 después de Cristo en Jerusalén. Dos años más tarde fue conducido a Roma. El barco en el que viajaba encalló en la isla de Malta debido a una fuerte tempestad, en el lugar que actualmente se llama Bahía de San Pablo.
Allí, Pablo de Tarso se dedicó a predicar el Evangelio, convirtiendo la isla al cristianismo.
En el año 63 llegó a Roma, donde prosiguió su apostolado. En el año 67 fue hecho prisionero nuevamente y decapitado.