Hablando en general, y sin que nadie que no deba se de por aludido, ¿cuando caimos en la trampa, en la inmensa trampa de que por la pretendida unidad, por acabar por la diáspora, "tragar" con la petulancia, con los rimbombantes título de nobleza falsos, como eso falsos duques, marqueses, casas reales en el exilio que encima se permiten el lujo de CONCEDER rangos de soberanía a supuestos templarios que demostrando no serlos al aceptar esas ridículas y absurdas concesiones se situan además por debajo de esos estafadores de la historia?
¿Cuando fue que nos hicimos sordos y ciegos ante las bandas y kilogramos de medallas que ni los Mantos podían ya tapar y que por mor de una hipotética unidad consentimos que cada cual se inventara las suyas de tal modo que hay más condecoraciones templarias que asociaciones, en vez de tener todos las mismas si era la unidad lo que se perseguía?
¿Cuando decidimos no ver que entraba gente que sin ser Templarios accedía a las distintas ramas para una vez dentro rebelarse y montar su particular chiriguinto hasta al punto de existir en España asociaciones con cuatro o cinco miembros solamente y se autoproclaman "Orden del Temple" y todos son Priores menos uno..... que es Maestre?
¿Cuando decidimos abrir el melón que dió paso a la cantidad de Maestres, Grandes Maestres, Príncipes Regentes (de Dios sabe qué regencias), que ahora pululan por el mundo, y que imposibilitan la unión de base de los Pobres Caballeros de Cristo?
¿Cuando decidimos consentir que cualquier desgraciado con ínsulas de poder ser lo que nunca podría llegar a ser en la vida real, reuniéndose con algún abogaducho de poca monta y menos luces y que junto con algún desilusionado individuo con aspiraciones frustradas y no cumplidas de militar se permitira el lujo de engañar a muchos y desilusionar a esos mismos después y alguna vez, en el pasado, mirarlo nosotros como si hubiera sido uno de los nuestros?
No podemos quejarnos en el Temple. Tenemos lo que nos hemos buscado, lo que hemos permitido. Ahora tenemos que limpiarlo, estamos a tiempo. Entre los que somos Templarios, entre los serios, entre los que amamos la Orden, entre los que la sentimos, entre los que los cargos no son más que responsabilidades TEMPORALES y no premios ni títulos VITALICIOS. Podemos hacerlo, podemos limpiarla y podemso acabar con la diáspora respetando la autonomía de cada comunidad, de cada pais, pero podemos unirnos, ser de verdad una Fraternidad. EMPECEMOS. HAGÁMOSLO.