El Gobierno presenta los documentos que demuestran que San Isidoro acogió las primeras cortes regias plenas de la historia
Pergamino del mandato de Alfonso IX al obispo de Orense.DL
Inglaterra está a punto de perder el lugar de abanderado del parlamentarismo que su gran equipo de publicistas le ha arrogado a lo largo de la historia. O, mejor, León podría recuperar el que siempre le ha correspondido. El Ministerio de Cultura, a través de la Dirección General del Libro, ha presentado ante la Unesco la documentación necesaria para que los curiales de las Cortes de León de Alfonso IX sean declarados Memoria de la Humanidad. En la práctica, el proyecto supone demostrar que, mucho antes de que los notables anglosajones obligaran al rey Juan a firmar una carta magna, un monarca leonés se convertía -"por propia iniciativa-" en el responsable de la moderna organización parlamentaria. Era el año 1188. Los ingleses tendrían que esperar hasta el 1215 para que el villano de la historia de Robin Hood hiciera de la necesidad virtud. El director general del Libro, Rogelio Blanco, explica que se trata de poner en valor un momento fundamental en la historia no sólo de Europa sino del mundo. «Por primera vez un rey, en este caso Alfonso IX, reunió en unas Cortes a las bellatores (caballeros), oratores (clero) y a los laboratores y la importancia de este momento fue capital para Europa». El pensador resalta que la investigación del momento histórico y de las repercusiones de las Cortes de León concita a investigadores de todo el mundo y asegura que su declaración como Memoria de la Humanidad acabará con la «opacidad encubierta» que ha sufrido el Reino de León. «Por otro lado, es también importante para España que, por su historia más reciente, parece un espacio carente de libertades. Sin embargo, los concejos de León fueron ejemplo de respeto de libertades y derechos», explica.
El corpus documental de las Cortes de Alfonso IX -disperso por las catedrales de Lugo, Orense, Astorga, León, la Real Academia de la Historia y la Biblioteca Nacional- es el testimonio más antiguo de la tradición institucional parlamentaria en Europa. Supone la prueba de la elaboración de leyes de interés general en un órgano colegiado compuesto por el rey, los nobles, la Iglesia y, por primera vez, la participación de los representantes de las ciudades, es decir, de los principales municipios del Reino de León (territorios de León, Galicia, Asturias, Portugal). Desde el Ministerio de Cultura se subraya que no se ha conservado el texto originario con las decisiones de esa Curia o proto-parlamento, pero éstas se conocen por varias versiones de documentos escritos. En primer lugar, destaca el texto de los Decretos de 1188 mediante varias copias del siglo XVI y posteriores, que se hicieron a partir de viejos códices jurídicos medievales y cuya existencia está demostrada. Asimismo, hay que añadir varios documentos de la propia Edad Media que usan o se inspiran en los Decreta de 1188.
La propuesta española a la Unesco se caracteriza por presentar toda una tradición documental escrita de un hecho cierto que ocurrió, del que no se ha conservado su prueba directa, pero que sí se conoce a partir de una serie de copias o versiones, tanto medievales, como posteriores. «Gracias a estas tradiciones documentales conocemos ese hecho histórico, que hace a las instituciones jurídicas hispánicas de la Edad Media la prueba más antigua de la existencia de una tradición parlamentaria, que se generalizará por toda Europa durante el siglo XIII mediante las Cortes o Parlamentos», defiende el texto de la propuesta.
Rogelio Blanco sostiene que el Reino de León fue una de las sociedades más tempranamente organizadas del medievo europeo y una parte indispensable en la formación de la España actual. «Esta solera influyó en que sus instituciones históricas fueran la cuna de la moderna organización parlamentaria», subraya. Pero ¿por qué ocurrió en ese momento?
La personalidad de Alfonso IX influyó sin duda en la participación del pueblo en las curias regias. Cuenta Fernando de Arvizu que el rey era muy joven -contaba 17 años en el momento de subir al trono-, con lo que necesitaba apoyos. «¿Por qué no apoyarse directamente en el pueblo y legislar oyendo noticias directas de sus problemas?»., destaca en la obra Regnum. Corona y Cortes en Benavente . Y es que la llegada al trono no fue fácil. A este tenor, hay que recordar que tuvo que enfrentarse a las intrigas de su madrastra, Urraca, que aspiraba a entronizar a su hijo Sancho. Además, los vecinos reinos de Portugal y Castilla ambicionaban el Reino y al Andalus seguía siendo una amenaza cierta. A todo ello, Alfonso tenía que unir la situación de bancarrota. Un panorama difícil y una resolución brillante. A Alfonso IX se debe la delimitación y defensa de las prerrogativas del Rey, la transparencia judicial y las garantías procesales. Además, los decretos atribuidos a 1188 reúnen la confirmación de decretos de carácter general como, por ejemplo, el no atentar contra la propiedad ajena, resolver las querellas ante la justicia o la promesa del rey de no entrar en guerra sin contar con todos los que le deben dar su consejo. Pues eso, antes que Juan sin Tierra...
@Cristina Fanjul/Diario de León.es