El Papa decidió poner los graves casos de abusos sexuales de menores por parte de curas en varios países del mundo a la consideración de los 203 cardenales del Sacro Colegio. El peor escándalo en serie que afronta la Iglesia en su historia contemporánea será parte de la “jornada de reflexión y oración” convocada por Benedicto XVI para el próximo 19 de noviembre, el día anterior al Consistorio Ordinario en el que el pontífice “creará” 24 nuevos purpurados.
De ellos 20 serán cardenales electores en el próximo Cónclave, en el que se elegirá al sucesor de Benedicto XVI. El total de electores es de 120, por ser menores de 80 años, edad en la que pierden el derecho a votar por el nuevo Sumo Pontífice de la Iglesia.
Un comunicado del Vaticano informa que el tema de los curas pedófilos será presentado por el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio, el cardenal norteamericano William Levada. El purpurado es el sucesor del Papa Ratzinger en el “ministerio” encargado de la ortodoxia doctrinaria y el mantenimiento de la disciplina eclesiástica.
La Iglesia ha sufrido mucho desprestigio por los casos en numerosos países del mundo, pero sobre todo en Estados Unidos, Irlanda, Bélgica, Alemania, Austria, Holanda y Australia. El Papa ha pedido perdón a las víctimas y a los 1150 millones de bautizados católicos en el mundo. Dijo incluso que “la mayor amenaza para la Iglesia no viene de afuera, de enemigos externos, sino de su interior, de los pecados que existen en ella”.
Benedicto XVI, que también ha sido acusado de haber “tapado” o disminuido casos de abusos sexuales desacerdotes cuando era el guardián de la ortodoxia en tiempos de Juan Pablo II, ha prometido “tolerancia cero” con estos casos. Durante demasiado tiempo la Iglesia desarrolló una cultura del ocultamiento, pensando más en la defensa del buen nombre de la institución católica que en la situación de los miles de niños y menores víctimas de los sacerdotes pederastas.
En la jornada de reflexión y oración se tratarán otros temas, como la libertad religiosa y la situación con los obispos, sacerdotes y fieles anglicanos que quieren abandonar la su iglesia y entrar a formar parte de la grey católica. Ayer se informó que cinco obispos anglicanos encabezan una fuga hacia el ordinariato creado por el Papa para reunir a los tradicionalistas.
Junto con los cinco obispos podrían abandonar la Iglesia Anglicana por Roma 500 sacerdotes y miles de fieles, informó ayer el diario conservador londinense “Daily Telegraph”.
Los obispos dijeron que están “horrorizados” por la decisión del Sínodo General de la Iglesia Anglicana inglesa de favorecer la elevación de mujeres sacerdotes a la condición de obispos. En la comunidad anglicana de 80 millones de fieles en el mundo, existen antecedentes, como en Estados Unidos, donde han sido consagradas episcopales varias mujeres.
Los ordinariatos creados por el Papa albergarán también a los tradicionalistas de Escocia, Estados Unidos, Australia y varios países africanos. En Estados Unidos los tradicionalistas anglicanos también se fugan por la decisión de ordenar obispos homosexuales y bendecir matrimonios religiosos entre personas del mismo sexo. Hay tradicionalistas que decidieron “luchar desde adentro” contra estas novedades traumáticas, sin abandonar la Iglesia Anglicana.
La Iglesia de Inglaterra nació en 1534 cuando el rey Enrique VIII rechazó la decisión del Papa de Roma de no anular su matrimonio con Catalina de Aragón. Enrique se proclamó jefe de la nueva Iglesia y se casó con Ana Bolena, a la que mando más tarde a decapitar, que fue la madre de Isabel I, la reina que impulsó como nunca antes el Imperio británico.
@Julio Algañaraz.(Vaticano, corresponsal) / Clarín.com