La fortaleza de Castillazuelo sufre una destrucción casi imparable
La pared ha caído sobre el interior del castillo.A.H.
El alcalde tiene una sensación de "impotencia total" ante el deterioro del castillo
La antigua fortaleza de Castillazuelo sigue un proceso de destrucción casi imparable. Hace poco se ha caído toda la pared frontal de ladrillo aplicada en las reformas del siglo XVII, como consecuencia del mal estado de la construcción, en ruina progresiva. Las últimas lluvias erosionaron más los cimientos y causaron el derrumbe de toda la pared que ha caído hacia el interior por lo que no ha habido que lamentar problemas en el camino de acceso circundante.
El castillo es de propiedad municipal pero los recursos del Ayuntamiento son limitados y la única medida de precaución ha sido colocar una valla de tela metálica que circunda el castillo para evitar problemas ocasionados por posibles nuevos desprendimientos en la ladera próxima al camino hacia fincas y campos, en dirección al santuario de El Pueyo, y, al mismo tiempo, para que nadie entre en el edificio para evitar riesgos.
Joaquín Muzás, alcalde de la localidad, reconoce que su sensación es "de impotencia total con el deterioro progresivo del castillo". "La respuesta de petición de ayuda a la Dirección General de Patrimonio, el año pasado, -explica- fue una carta en la que nos recuerdan que también tenemos la obligación de conservarlo aunque esté declarado Bien de Interés Cultural". En la práctica es algo "imposible". "Saben que no tenemos recursos, además con la que está cayendo en temas económicos será imposible. Cada vez que se derrumba algo les informamos pero ésta ha sido de las más voluminosas y aún no hemos dado parte. Es evidente que a este paso, del castillo que da origen al nombre del pueblo, no quedará ni rastro porque el deterioro es cada vez más imparable".
En su opinión, "solo quedarán los bajos porque son de piedra, pero el resto de la edificación está por los suelos o desapareció hace años". "El interior está en peligro también y no podemos hacer nada por evitarlo en un pueblo con 200 habitantes. Encima, cuando ves que se invierte en otros castillos abandonados o se ha hecho con antelación, aún da más rabia", lamenta.
El Ayuntamiento realizará "otra petición oficial" a sabiendas de que la posible respuesta será similar a las anteriores: "El edificio está en ruinas hace mucho tiempo y el riesgo amenaza pero no disponemos de medios para realizar actuaciones de consolidación, ni siquiera de limpieza de todo lo que se ha caído porque la inversión sería alta".
Los vecinos sienten una impotencia similar a la del alcalde y lamentan que se pierda "una referencia de identidad histórica", muy característica en el pueblo. "Pero no podemos hacer nada para evitar la ruina progresiva". La situación se agrava, aunque es antigua, y en febrero de este año despertó el interés del grupo parlamentario de Izquierda Unida cuyo portavoz, Adolfo Barrena, formuló dos preguntas sobre las previsiones en 2010 respecto a la conservación y si estaba previsto algún plan de mejora para consolidar los restos existentes. La respuesta desde la Consejería de Cultura fue negativa a pesar de que está declarado BIC.
Un castillo municipal del medievo
El castillo está situado en lo alto de una colina que domina el pueblo y constan referencias de Castellazol entre los años 1095, en la documentación de Pedro I y, más tarde, en 1126, 1199 y 1785. De la época son los nombres de Barbatuera, Pelegrín señor de Barbastro, Guillerma de Castellazol, Ruy Pérez de Castillazuelo y Barón de Lalaguna, entre otros. En el año 1610, el castillo perteneció a los Alagón-Espés, señores de la baronía de Castro.
Los orígenes son propios de una fortaleza con fines defensivos desde la que se domina todo el territorio, hasta el santuario de El Pueyo, la llanura y el cauce del río Vero. La vista llega hasta las estribaciones de la cordillera pirenaica, incluye muchas localidades y pudo ser un bastión destacado en la Edad Media.
Se aprecia que fue un edificio señorial, según denotan los sillares de piedra, paredes y ventanales que aún se conservan en mal estado. Los muros son de buena fábrica y la cámara abovedada en forma de cañón se conservó hasta que cayó en ruinas. El edificio es cuadrangular y la construcción más importante data entre los siglos XV y XVI, aunque se aprecian paredes de ladrillos que se aplicaron en épocas posteriores por las reformas del siglo XVII.
Las últimas excavaciones arqueológicas se realizaron en 1993 dirigidas por María Nieves Juste en colaboración con los vecinos Leonor Fernández y Óscar Pueyo. Algunas dependencias se habitaron hasta los años 50 y el castillo pasó al patrimonio municipal por impago de impuestos de los propietarios. En la comarca del Somontano debe ser el único Ayuntamiento que tiene un castillo medieval en su inventario.
@ÁNGEL HUGUET/Diario del Alto Aragón